¿Belleza?.

Es difícil juzgar la belleza ya que es  un enigma“. Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, escritor y novelista ruso; sin duda uno de los grandes de la literatura universal.

¿Qué es la belleza para el ser humano?, una pregunta tan genérica que si planteamos la misma, en términos generales, puede que obtengamos una respuesta diferente por cada persona.

La belleza puede ser un patrón pasajero, un concepto cultural; puede incluso ser un estado de ánimo que transmite, puede ser lo que ustedes prefieran. El viejo refranero español ya indica que “para gustos los colores”.

Y sin embargo nos obsesiona y genera debates profundos, y es que somos cachondos hasta la médula; competitivos y celosos de poseer lo más bello.

Es en ese momento cuando la “belleza” se convierte en aristocrática posesión, envidiable y posesiva pertenencia. Tenemos lo más bello en contraposición a que los demás no poseen.

Así de sencillo y rotundo, algo banal y realmente subjetivo; o no…….ya que hay personas y colectivos que viven por y para el culto a esta curiosa religión sectaria.

Allá cada cual, somos libres de ejercer el derecho al gusto y a la elección; otra cosa muy diferente es hacer comulgar con ese gusto y elección a to quisqui.

Y resulta curioso, como somos capaces de sublimar algo tan subjetivo hasta extremos realmente enervantes;  nuestra innata competitividad, ni buena ni mala… tan sólo compañera de viaje, nos hace competir por todo lo habido y por haber.

Parece ser que si no competimos no vivimos, curiosa característica del ser humano; competimos por todo, comparamos, juzgamos y nos corroe el resultado si no es favorable.

¿Qué buscamos realmente?, quizás reconocimiento….tal vez señas de identidad que nos integren en la corriente dominante; o simplemente la satisfacción de poseer. No lo sé, pero resulta evidente que todos participamos en este culto ancestral.

Y llega a extremos ridículos cuando se convierte en obsesión, así podemos afirmar que el perro lobo checoslovaco es llamativo; muy llamativo.

Impacta su presencia por pura comparación, sin duda; de inmediato surge la comparación con su ancestro el lobo, es tan evidente cómo el sol que de momento nos alumbra.

Habrá quién considera la raza con parámetros morfológicos, habrá quién destaque su mirada……cómo una sensación inquietante.

Todo es válido y todo forma parte de lo realmente importante, que considero es poder transmitir; emocionar, mover sensaciones y en definitiva captar nuestra atención más allá de una simple mirada.

Lo importante para unos es lo banal para otros, pero cuando todos centramos nuestra atención en algo…..cuando de manera general nos transmite, estamos ante un enigma.

Este mundo del perro lobo checoslovaco es muy curioso, lleno de filias y fobias; repleto de intereses y altruismo, a partes iguales sin duda.

Y como no podría ser de otro modo los oropeles son necesarios, los reconocimientos imprescindibles; y aparecen en escena los denominados concursos de belleza……  y aquí ya hay que atarse los machos.

Vaya por delante mi más absoluto respeto hacia aquellas personas que, por uno u otro motivo, son asiduos participantes de dichos eventos.

Quede claro que todos hemos participado en alguna ocasión, destaquemos lo importante que puede ser un excelente resultado para un criador o para el propietario de cualquier ejemplar.

Y dicho lo anterior es un mundo que me pasma, me asombra y me hace poner cara de póquer en multitud de ocasiones.

Y es que niego la mayor, me resulta totalmente incomprensible que se intenten aplicar criterios subjetivos de belleza en una raza que se creó para “trabajar”.

Podría  admirarme, si se compitiese para comprobar qué ejemplar tiene mayor resistencia en largos trayectos; podría maravillarme si se añadiese una prueba de oído y olfato, podría disfrutar como un enano si todo lo anterior se culminase con la participación activa de cada propietario.

En definitiva, me resultaría reconfortante que se potenciasen las cualidades innatas de la raza; y creo firmemente que además resultaría un valor añadido para el presente y futuro del plc.

Y sin embargo, por alguna extraña razón, seguimos anclados en las pruebas de belleza; pruebas tan subjetivas cómo la competencia de quién debe juzgar a cada ejemplar.

Y no se trata de denostar la labor de organizadores o jueces, no….se trata de poner en solfa una realidad que en ocasiones resulta tan ridícula cómo histriónica y por lo tanto teatral.

El ring de un concurso de belleza es un lugar muy curioso, observen el entorno y valoren; metemos a nuestros ejemplares en un espacio generalmente vallado, ya de entrada todos sabemos que estar están ……pero esperando que pase el evento cual alma que lleva el diablo.

Un caballero o dama, que juzga otras muchas razas de las clasificadas como de trabajo o grupo 1, perros de pastor y boyeros excepto boyero suizo, nos indicará que realicemos una serie de carreritas al trote para observar a nuestro ejemplar; posteriormente procederá a una exploración del plc, mayor o menor o incluso nula, comprobando dentadura, órganos genitales en los machos, pelaje etc.

Y finalmente tomará una decisión, para otorgarnos, si procede, un reconocimiento; todo muy medido en base a criterios internacionales, a reglas estandarizadas, todo correcto y sujeto al criterio final de cada juez.

Y verán ustedes, podrá ser todo lo justo e imparcial que queramos, podrá ser todo lo objetivo que podamos creer….pero la pregunta es obvia….¿ es así cómo debemos valorar a esta raza ?.

Me permito discrepar rotundamente, y sé que con toda seguridad esto se considerará un anatema, una desviación oportunista o directamente una gilipollez ; asumo las consecuencias.

Pero me gustaría sembrar una duda razonable, una reflexión sobre esta maravillosa raza; todos coincidimos en que se caracteriza por sus innatas habilidades, por su extraordinaria resistencia, por su maravilloso oído y olfato.

Entonces por qué razón no potenciamos  dichas peculiaridades, por qué nos obcecamos en buscar la belleza en lo subjetivo; y ojo que nunca defenderé obviar el estándar de la raza, por supuesto que no……pero cada día el devenir morfológico del perro lobo checoslovaco va paralelo a la subjetividad de una belleza enigmática.

Creo sinceramente que debemos reflexionar, al menos no arrinconar la esencia de esta raza; potenciar sus cualidades engrandecerá su belleza, lo contrario los acabará convirtiendo en carne de tendencias y gustos; corremos el riesgo de perder mucho y ganar muy poco.

Si juzgar la belleza resulta difícil es un enigma por qué no valoramos la esencia. 

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