Banalidades e intereses con la raza.

Intrascendente, vulgar o de poca importancia en definitiva algo banal……la obra teatral del premio Nobel D. Jacinto Benavente “Los intereses creados” contiene en sus diálogos la siguiente frase: ” mejor que crear afectos es crear intereses“.

Creo que la anterior frase recoge en muy pocas palabras una gran verdad, alejada de cualquier banalidad, al menos me lo parece; pero no es que sea sólo mejor crear intereses que afectos, no….es que además resulta mucho más cómodo, menos comprometido y sobre todo más rentable.

Si de relaciones humanos hablásemos todos tenemos algún referente, o hemos sido protagonistas en primera persona siendo sujetos activos o pasivos del interés por encima del afecto. Condición humana, sin duda, ante la que la única vacuna posible es el alejamiento de cualquier práctica que persiga un interés material excluyendo lo afectivo.

El mundo de lo mercantil está lleno de dichas prácticas, sin embargo en las relaciones humanas resultan funestas a medio y largo plazo.

Pero he aquí que cuando el ser humano  aplica esta estrategia con los animales me resulta nauseabunda, sin exclusiones. Estoy profundamente harto, terminalmente asqueado y hasta más allá de salva sea la parte de comprobar – un día si y otro también – cómo el perro lobo checoslovaco se está convirtiendo en moneda de cambio para mercachifles de todo tipo y catadura.

No….. no generalizo, no criminalizo ni abro una caza de “brujas”; constato y compruebo como a menudo un cachorro de perro lobo checoslovaco con pocos meses, o lo que es mucho peor con algunos años, aparece en el mercado del abandono y las adopciones.

Algo muy banal probablemente, algo que no se ajustaba a los intereses del sujeto que decidió …”ya no me interesa”. Me indigna, y no desde la “moñería” o una militancia radical a favor de los animales, no…..me indigna la banalidad del ser humano para con la vida de los seres vivos; me indigna que en esta raza cada día más se creen intereses por encima de los afectos.

Quizás sea un catastrofista, puede que si, pero observo cada día como esas peligrosas “modas”, esos reiterados ciclos, convierten al plc en un objeto de deseo indefinido y de mucha actualidad.

Me resisto a creer que un cachorro con 4 meses sea rechazado, me resisto a creer que en diferentes albergues aparezcan ejemplares de plc con varios años de vida; y son realidades.

Nunca juzgaré lo desconocido, ni loco lo haría; nunca emitiré un juicio banal. Pero de aquello que conozco, de aquello de lo que en definitiva puedo hablar; si que me permito la licencia de la indignación y el asombro.

Y reconozco abiertamente que habrá casos, por desgracia los menos, en los que se den circunstancias que obliguen a dejar a su suerte a algún ejemplar.

Pero aquellos en los que se experimenta,  como el que compra un par de zapatos y posteriormente le aprietan, en los que se juega con el futuro de un ser vivo,  tras haberlo acogido….en estos casos nunca entenderé el por qué.

Información, decisión, compromiso y responsabilidad……así debieran ser las cosas con cualquier animal, y muy especialmente con esta raza; pero todo está viciado, lo creo cada día más, todo se ajusta a determinados intereses… que hacen que la proliferación de la raza no lo esté siendo de una manera racional y sobre todo con la debida información.

No seré agorero, no podría….pero si estoy profundamente preocupado; por el devenir a corto y medio plazo de esta raza, tan diferente y tan especial.

Y la única manera que encuentro de luchar contra “las modas”, las banalidades y la “producción masiva y sin control” del perro lobo checoslovaco es intentar trasladar todo lo bueno que esta raza me aporta…pero además, todo lo malo que puede conllevar; todo lo diferente que sin duda alguna es…diferencia por derecho propio.

Arrancar  –  literalmente – a un plc de su entorno es algo que puede generar graves problemas, máxime si ya arrastra algún “problema” o diferencia destacada.

Si me informo, si tomo la decisión y con el suficiente compromiso y la debida responsabilidad….nunca seré banal y no tendré otro interés con la raza que no sea el afecto y la admiración.

Lo contrario nos irá conduciendo cada día un poco más al abismo mercantil de los intereses, a una oferta y demanda indiscriminada y carente de toda información veraz.

 

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