El ocaso de los dioses.

“Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.”  Martin Luther King, pastor de la Iglesia Bautista y líder histórico del denominado “movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos” fue asesinado en 1968.

El peligro de la ignorancia no reside en la carencia de conocimientos, reside en la estúpida arrogancia con la que se airea dicha carencia.

La ignorancia y la estupidez no tienen por qué ir de la mano. Todos somos ignorantes, todos somos absolutamente ignorantes. Pero algunos suplen la ignorancia con la estupidez más concienzuda.

Y las llamadas “redes sociales”, más bien cavernas low cost para muchos troles, se convierten en mentideros, ateneos y plazas públicas dónde cualquiera puede buscar su minuto de gloria.

Y mire usted hay que ser muy respetuoso con todo, hay que ser tolerante y equilibrado….. y sobre todo siempre queda la opción de “cambiar de canal” o salirse del “hilo” (curioso nombre).

Pero en ocasiones uno harto ya de estar harto se aburre; se encabrona y se amosca con verdadera fijación.

La raza del perro lobo checoslovaco es muy proclive a profetas, agoreros, sabios, cotillas, esperpentos y especies por clasificar; es muy proclive a la polémica, al debate y a las broncas poligoneras.

Impasible el ademán…..algunas personas insisten, cual mineros desesperados, en agujerear lo evidente, en perforar lo cierto y en definitiva en montar un circo con una cabra, una escalera y una trompeta.

La raza podrá parecernos digna de compasión, de orgullo, de admiración, de preocupación o digna de su propia desaparición. Pero lo que resulta evidente y cierto (lo anterior con mayúsculas) es que ni un sólo plc pidió mediante instancia pisar este inframundo.

La raza hoy por hoy está aquí para quedarse en unas u otras manos, esta raza tan complicada y poco estudiada es una realidad que alumbra, o quema según la etapa y los casos, cada hogar en el que conviven.

A todos nos une lo mismo, a todos y cada uno de los propietarios de plc nos debiera unir lo mismo; hemos vivido cada una de las etapas de la convivencia con ellos, hemos sufrido su peculiar ser, hemos disfrutado de su especial sentido de manada, hemos vivido momentos muy difíciles y debiéramos seguir aprendiendo con ellos.

Esa y no otra puede ser la clave, dejarnos de elucubraciones, de broncas de mercadillo, de botellones dialécticos que siempre acaban virtualmente a sopapos.

Aprender, no es sencillo…..sin duda, podría ser la clave para llegar a entender a esta peculiar raza.

Aquí señores y señoras el protagonista no es ni la Presidencia del Fondo Monetario Internacional, ni la de de un Club, ni la infinidad de sabios de salón que saltan al ruedo cual espontáneos.

El protagonista es el perro lobo checoslovaco, y estos últimos años hemos olvidado algo tan crucial; hemos olvidado que todos hemos coincidido en vivir las mismas experiencias, hemos podido comprobar que no son casos aislados y que existe un generalizado comportamiento, un ser común a todos ellos.

Estamos olvidando su origen, su pasado, y su presente…. y los condenamos de este modo a un futuro no ya incierto, que lo es, los condenamos a un futuro peligroso.

Por todos los dioses seamos sensatos, cada día se producen más “abandonos” directos o encubiertos, cada día se producen más situaciones que condenan al plc a la incomprensión cuando no al rechazo.

Y nosotros encantados de habernos conocido, arrogantes e ignorantes y estúpidos por naturaleza, seguimos dividiendo esta afición en grupos pandilleros que delimitan territorio con tal virulencia que asusta.

¿Qué está ocurriendo con esta afición? ….no sé contestar a la pregunta, no alcanzo a comprender cómo en lugar de aunar esfuerzos, experiencias, conocimientos y cariño por el perro lobo checoslovaco estamos enfrascados en lo que podríamos denominar “adicción”.

Las adicciones nunca son buenas, superan nuestra voluntad y ejercen la tiranía de lo incontrolable.

Pero cuando la ignorancia se une a la adicción, y se reviste con la estupidez más concienzuda, el efecto es una bomba de relojería programada para reventar en la cara de quién ose poner en duda la autoridad de los “dioses” del plc.

Por suerte el día a día es rotundo, el día a día no es una red social ni un debate poligonero de tú más.

El día a día con esta raza, para quien quiera observarla, convivir con ellos y aprender cada jornada, es laborioso y enriquecedor y nos aleja de la luz artificial de un ordenador para llevarnos a la naturaleza.

Es la hora de devolver el protagonismo a quién por derecho propio lo ostenta, es la hora del perro lobo checoslovaco con sus miserias, sus grandezas, sus problemas, sus alegrías y su ser.

Y siendo ellos  los protagonistas llega el ocaso de los dioses, de esos ídolos de barro que sin otro mérito que el tiempo dedicado a la luz de un ordenador siempre han tenido píes de barro, y cabeza de monarca absolutista.

Dediquemos, si así nos place, tanta energía a unir conocimientos, experiencias, ideas y voluntades; el perro lobo checoslovaco nos necesita.

Lo que nunca ha precisado es adalides, sabios de salón, ni gurús de medio pelo que enturbien su pasado, destrocen su presente y los condenen a un futuro desastroso.

El plc necesita observación, comprensión, entrega y sobre todo aceptación; nosotros necesitamos una cura urgente de ignorancia y estupidez.

La osa con trompeta y la estupidez.

“Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda.”  Jean de la Fontaine, fabulista francés fallecido en 1695.

Las modas son inherentes a nuestra sociedad, las tendencias marcan el paso de un modo sibilino; condicionan y moldean voluntades y sobre todo necesidades.

Y hete aquí que la moda de los animales en televisión crece, se expande y provoca situaciones de difusión vergonzantes con tal de subir la audiencia.

Necesitamos gilipolleces para sentir unos minutos de pasmo, unos segundos de asombro y esbozar una sonrisa admirable; somos así de superficiales y nos contentamos con el instante, con esa fugaz visión del momento que nunca proporciona la realidad que se oculta tras esa fugaz imagen.

Pero la mala leche fluye cuando comprobamos el engaño, cuando observamos que tras las gilipolleces enseñadas a un animal salvaje se oculta toda una vida repartida entre circos y rodajes.

Una cadena televisiva inició hace poco la andadura de un nuevo programa, el formato presentar animales sorprendentes; pero no piensen que deben ser sorprendentes por su naturaleza, por su instinto o por su belleza natural.

En absoluto, la sorpresa debe contener la habilidad aprendida para realizar gilipolleces varias que van desde bailar hasta soplar en una trompeta.

Y vende, vende tanto que consumimos y hacemos consumir incluso a los niños las “monadas” de determinados animales.

Se podrá estar de acuerdo con la utilización de animales de compañía para exhibir habilidades graciosas, no lo discuto partiendo de una premisa … todos ellos, o casi todos, forman parte de un núcleo familiar, conviven con sus dueños y mantiene un vínculo que va mucho más allá de las “monerías” que el animal aprendió.

Pero cuando un animal salvaje, libre en la naturaleza, pleno en su grandiosa libertad, comparece ante las cámaras de televisión soplando en una trompeta y bailando con un hula-hop algo se me revuelve en lo más hondo de mi natural desconfianza.

Una osa no toca la trompeta ni baila el hula -hop porque sí, una osa de más de 300 kilos no convive en un núcleo familiar ni comparte otro vínculo que no sea el de la dominación.

¿Quieren saber cómo se adiestra tradicionalmente a un oso?….no es un secreto, no es la piedra filosofal y sin embargo acompaña, cual estigma envilecedor, a la mayoría de personas que exhiben a osos desde hace cientos de años.

El oso, al margen de su especie, es un animal solitario y tímido, territorial y libre hasta la saciedad; para domesticar a un animal de estas características, y lograr que realice estupideces, la premisa imprescindible es doblegar su condición.

Acabar con su condición y dominar su comportamiento es el paso inicial, y en centro Europa existe una permanente tradición “adiestrando” osos para goce y disfrute de turistas, circos y demás eventos lucrativos.

Lo primero que se hace con cualquier úrsido es arrancar los dientes, cortar las garras y perforar el hocico…si, ese es el comienzo que nadie quiere conocer. 

Tras el baile de hula-hop, tras el soplado de trompeta y los cortes de mangas se esconde una historia muy diferente.

Pero es que además, tras la historia de la osa Tima, que así se llama, se esconde una vida realmente significativa; reparte su cautiverio entre cuatro circos, si….han leído bien, cuatro circos, compaginando dicha “actividad” con platos de televisión y eventos varios.

Hasta aquí la trama, hasta este punto la parte que televisión no muestra ni mostrará nunca; pueden buscar en internet y localizar vídeos de cómo se les mutila para dar inicio a su “adiestramiento”…son escalofriantes.

La corriente de indignación, tras la aparición de Tima en nuestras pantallas, ha sido definida, por muchos medios, como proveniente del mundo “animalista”…y aquí me perdonaran pero se me enerva hasta la fecha de nacimiento.

Animalista….al margen de las definiciones académicas, que pueden tildar a esta acepción como movimiento en defensa de los derechos de los animales, la palabra me resulta simplista, vacua y estúpida.

Nos retratamos cada día, arrasamos con lo natural, doblegamos la libertad animal y  ¿hemos de etiquetar nuestra indignación?.

Debemos ser muy trasnochados para no entender que,  la repulsa por hechos como el que reflejan estas líneas no nace de militancia alguna.

Debemos ser muy cenutrios para no soportar la reacción ante hechos como el presente, no señores no hace falta ser animalista ni verde, ni rosa…..tan sólo es necesario sentir, respetar, valorar y creer firmemente en un futuro mejor para nuestra tierra y su vida natural.

¿ Imaginan ustedes a un perro lobo checoslovaco en la tomatina de Buñol, en plenos San Fermines o en Magaluz en plena hora bruja?….el espacio, la condición y la libertad de un animal es inherente a su ser.

Doblegar todo ello es un acto inicial de violencia con consecuencias impredecibles, observen la reacción de muchos de estos animales, tigres, osos, elefantes…cuando algo en su interior revienta, cuando algo en su psique explosiona y arremeten contra todo ser humano que se encuentre a su alcance…

Pero siempre es preferible sonreír ante la osa tocando la trompeta, es preferible no conocer qué se esconde tras ese momento televisivo.

Y mientras, en algún lugar de Europa, se clavan estacas de madera al suelo para amarrar con cadenas a un oso, para cortar sus garras, para sujetar sus belfos con un alicate mientras se le perfora con un hierro….escuchen sus gemidos de dolor mientras la sangre de sus patas y de su boca mancha el verde del suelo….

Tras este ritual observen a la osa Tima tocando la trompeta…….y entenderán hasta dónde la ignorancia es atrevida y la impotencia dolorosa.

Nama y el viaje de Paola y Gio, in memoriam.

“Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.”  Georges Duhamel, escritor y poeta francés fallecido en el año 1966.

El ser humano es único e irrepetible, capaz del mayor altruismo y del mayor egoísmo; protagonista de heroicas hazañas y de ignominiosas crueldades. Somos una parte compleja de esta tierra a la que debemos la vida y pagamos con escaso interés.

El norte de Italia es fascinante, la región de Emila Romaña (formada por nueve provincias) es un mar de contrastes que atrapan los sentidos. Descubrir geografía siempre resulta fascinante, pero mucho más fascinante resulta descubrir personas.

Le debo mucho a esta increíble raza del perro lobo checoslovaco, y entre las muchas deudas se encuentra el descubrimiento de grandes seres humanos.

Las circunstancias hicieron que hace ya 14 meses tuviésemos la oportunidad de viajar a la región de Emilia Romaña, concretamente a Parma, y en dicho viaje conocer a una pareja italiana muy especial.

El ser humano refleja lo que siente, transmite lo que vive e interioriza; Paola y Gio son dos seres humanos que reflejan y transmiten algo poco común.

Existe la amabilidad forzada, la impostura sociable y la superficialidad; somos maestros camaleónicos en el arte de la apariencia, pero hay personas que no precisan aparentar, hay personas que simplemente lo son por derecho propio.

Y realmente es curioso que dichas personas compartan su vida con esta raza, o quizás es la convergencia de un viaje en el que la especial libertad de la raza precisa de compañeros que entiendan, respeten y valoren lo que significa esa  libertad primigenia.

Paola y Gio han compartido, y comparten, su vida con el plc; han mantenido y mantienen, con los aficionados de esta raza en España, una intensa relación.

Nos han enseñado a respetar su ser, nos han mostrado apoyo incansable ante cualquier duda o problema; pero ante todo nos han enseñado bondad y brillo en su mirada.

Lo realmente importante es el viaje, sentir y vivir cada momento por encima de todo; resulta complicado resumir sentimientos, resulta muy complejo exponer sensaciones.

Algunos viajes son demasiado cortos, intensos pero cortos; el viaje de Nama ha sido intenso.

Paola y Gio han recorrido muchos kilómetros con él, tantos que dudo lleven la cuenta. Pero mucho más importante que los kilómetros son las vivencias, los recuerdos imborrables y cada momento compartido con un ser tan especial.

En cada viaje queda algo de nosotros en el camino, dejamos atrás lo malo y recogemos el fruto de la experiencia; Nama os dio belleza, nobleza, lealtad…pero ante todo os entregó algo inmenso, su propia libertad.

Nama depositó en vuestras manos el más preciado bien, su libertad, su ser y la esencia de la naturaleza.

Hoy, desde el cielo de Emilia Romaña, desde las nubes……se recorta la impresionante figura de Nama; la inmensa belleza de su porte, el brillo alegre de su mirada.

Hoy, una vez más, el aullido de un lobo recorre el aire recordándonos que la libertad nunca puede ser enjaulada; que la libertad se comparte y nunca se doblega.

Hoy el viaje de Nama se dirige hacia bosques profundos, surcará ríos recónditos, hollarán sus patas prados y lodazales y siempre, siempre…. viajará con Paola y Gio, ocupando el lugar más preciado…..llenando sus corazones de una entrega sincera y absoluta.

In memoriam.

Everest y el perro lobo checoslovaco.

“Nuestra vida vale lo que nos a costado en esfuerzo.”  Francois Mauriac, escritor y periodista francés premio Nobel de literatura en 1952; fallecido en 1970.

Qué duda cabe, todo lo que vale cuesta y todo lo que cuesta tiene un gran valor. El “sillón” placentero de nuestras vidas aporta muy poco sentido a las mismas.

Ancestralmente el ser humano valoraba cada pequeño logro, cada pequeño hito que afianzaba su pervivencia, su calidad de vida o sus pequeños logros. Hoy valoramos lo justo, y si me apuran nos las trae al pairo el propio esfuerzo.

Cosas de esta sociedad, evolucionada hasta extremos de absoluta despersonalización del ser humano. Nuestra escala de valores es más una pirámide de papel couché en la que tanto en su base como en el vértice anidan gilipolleces varias.

El esfuerzo no está de moda en ningún ámbito, es una asignatura pendiente; el esfuerzo cansa, asusta y no tiene mucho sentido.

Nos educan en la futilidad más absoluta, en el me apetece y en lo superficial. Si acaso, se producen verdaderas “hazañas” en aspectos deplorables.

No escatimamos esfuerzos en adelgazar de forma salvaje en plazos récord, ni nos tentamos el bolsillo a la hora de aparentar o de integrarnos en las nuevas tecnologías. Seguimos, en definitiva, el dictado social  más curioso de la historia de la humanidad.

Al tierno infante no debe faltarle nada en el seno familiar, observen a renacuajos de 9 y 10 años con sus dispositivos móviles de última generación, aprecien la necesidad creada y atisben el futuro inmediato.

Todo es virtual, todo se oculta tras una pantalla y la realidad esconde absolutas carencias, afectivas y educativas. El esfuerzo se centra en tener, en integrarse en una sociedad que arrastra sigilosamente a sus miembros al abismo de la estulticia.

Perderemos la capacidad de dirigir nuestras vidas, de enfocar la vista y luchar con denuedo por nuestras metas; perderemos la esencia del ser humano….la capacidad de adaptación y superación que nos ha permitido alcanzar logros individuales y colectivos. Dejaremos de ser y acabaremos pareciendo, preocupante presente y la crónica de una muerte anunciada.

Quizás el nuevo ser humano forje su esencia en lo aparente, lo estúpido, la sonrisa fácil, la ignorancia más atrevida y en una mirada vacía de contenido. Puede ser, o al menos estamos encaminados.

A muerto lo sencillo, está desapareciendo la capacidad de un niño para jugar con cuatro palos en un trozo de tierra, para asombrarse por un hormiguero, para despertar su curiosidad en un arroyo viendo renacuajos…su mente se llena de gilipolleces y arrincona su natural curiosidad, su innata agudeza.

El esfuerzo es agotador a los cinco minutos, pero hay esfuerzos que siguen siendo la clave de la vida. Esfuerzos  que a uno, poco dado al asombro, le dejan petrificado, con la boca abierta y con cara de incredulidad.

Hace escasos días conocí el caso de un padre, trabajador cual común españolito de a píe, con una hija que padece una de esas enfermedades consideradas como “extrañas”.

Este hombre común, este gran ser humano, no se conformó con las soluciones de la medicina oficial; este caballero andante decidió que debía estudiar medicina.

Impulsar un estudio volcado en la enfermedad de su niña, y de todos los niños de este mundo que la padecen, fue su meta. Y logró culminar su esfuerzo, con un trabajo de fin de carrera que resultó ser tan ejemplar que hoy, a falta de lograr las subvenciones pertinentes, es un hecho.

Todo un ejemplo, un trabajador textil que en plena madurez se zambulle en los estudios de medicina, cursa la carrera y logra graduarse con un proyecto ejemplar.

¿Qué hay tras este suceso inusual?…..amor desmedido, esfuerzo agotador y sobre todo la capacidad de ser, la capacidad de creernos validos ante cualquier reto.

El caso de Miguel Ángel es un ejemplo tan maravillosamente ejemplar que merece estas líneas.

Hay otros esfuerzos menos asombrosos, menos valiosos en su forma pero importantes en su fondo. El perro lobo checoslovaco es un animal diferente, un animal con marcados ciclos.

Compartir la vida con un plc nos enseña a subir cuestas, a trepar acantilados, a bajar a tumba abierta, a rompernos los huesos de nuestro modelo de vida.

Nos enseña, si queremos aprender, a sudar agotadoramente. A llorar de rabia e impotencia, a reír a carcajadas y a fijar una media sonrisa cómplice en nuestro rostro.

El plc, en su convivencia, y en sus primeros meses de vida, es una etapa de montaña; subimos sin aliento y apenas vislumbramos la cima. Y en este periodo se producen muchos abandonos, demasiados y sobre todo casi anunciados.

Llegada su “adolescencia” aparecen las paredes escarpadas, los barrancos profundos y los senderos de vértigo. Es cuando generalmente quien ha logrado llegar a este punto observa, se siente confundido y alucina un día sí y otro también.

Pero la firme voluntad refuerza el camino tomado, y empezamos a recibir mucho más que a sufrir los daños colaterales de convivir con estos “salvajes” maravillosos.

El esfuerzo es continuo, día a día, no cabe ni el reposo ni el tiempo para reflexionar; la etapa “adolescente” incluye el descubrimiento del celo en las hembras, de la chulería poligonera en los machos y del afán desmedido en la raza por ser a pesar de todo.

Y paulatinamente, con la magia de la construcción invisible pero costosa, llega la madurez; llega el último tramo para la cima de nuestro particular Everest.

El vínculo creado genera complicidad desmedida, acoplamiento y dependencia a partes iguales. La cima está cada día más próxima.

En esta etapa, el último gran esfuerzo, aceptamos, descubrimos y reconocemos la esencia de la raza; adaptamos sus necesidades y transformamos, casi sin darnos cuentas, nuestras vidas.

Y llegados a la cima, al igual que quienes logran culminar una proeza, nos invade una calma, una extraña sensación de paz y tranquilidad, que nos permite observar con otros ojos todo aquello que nos rodea.

Todo ello no deja de ser un aprendizaje, una lección de vida que nos permitirá – si queremos aprender – apreciar el esfuerzo y valorar la importancia de la vida en su máximo exponente.

La vida nunca debiera ser vegetativa, nunca nos debe arrastrar sin rumbo; vivir sin esfuerzo es esforzarse por morir.

Quienes conviven con un plc puede que entiendan todo lo aquí volcado, para el resto seguiremos siendo una panda de chalados.

En esa locura, declarada, confieso que nuestra vida vale por un gran esfuerzo.

Potencialmente peligrosos.

“El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.”  Alejandro Dumas (padre), novelista y dramaturgo francés fallecido en 1870.

Uno no sale de su asombro ante determinadas cuestiones sociales, normas de conducta asolan el terreno de la lógica y el sentido común; no es que estemos descubriendo la cuadratura del círculo, simplemente nos habituamos y seguimos camino.

Tengo a un vecino propietario de un american stanford, un animal sorprendente; a tal extremo es dócil y sociable que, en un gesto de absoluta sumisión natural, cada vez que se encuentra con Ciro y Leah se tumba boca arriba y se orina.

Pero no es este su aspecto más destacado, con cualquier persona es absolutamente cariñoso, tranquilo y obediente; el animal, además, ha dado muestras siempre de un absoluto desprecio hacia enfrentamientos con otros congéneres.

Descrito someramente el ejemplar, un ejemplar en concreto, pasaré a describir un incidente que sufrí, en propias carnes, hace dos semanas.

Saliendo de casa con Ciro y Leah, nuestros dos perros lobos checoslovacos, iniciábamos camino hacia uno de los montes cercanos.

En la urbanización existe un pequeño tramo entre casas, sin visibilidad hasta llegar a la esquina, y al final del mismo mi sorpresa fue mayúscula cuando observo un perro suelto; un  pastor vasco de tamaño similar a Ciro.

El animal al ver a Ciro se lanza directo y frontalmente contra él, tiro de la correa para alejarlo del ataque y el aguerrido can se coloca pegado a Ciro en actitud dominante – cola erguida y cabeza ladeada hacia la de Ciro – busco desesperadamente al dueño e intento sujetar al guerrillero plc, plagado de testosterona e indignado hasta las argollas del arnés, cuando aparece tranquilo el dueño….como si la fiesta no fuera con él.

Mientras tanto, Cris se mantiene alejada con Leah para evitar males mayores. Antes de poder respirar siquiera sucede algo que me deja sin recursos ni capacidad de reacción.

En un movimiento sorprendente Ciro, en absoluto silencio y sin signos exteriores de lucha, engancha al can del cuello; sin esfuerzo ni aviso previo, sin aspavientos ni gruñidos. El dueño se mantiene a unos metros sin reaccionar, pasmado cual pato de escayola e impertérrito ante la situación.

Desesperadamente intento librar al perro de la boca de Ciro, pero en fracción de segundos me doy cuenta de que está abarcando cada segundo más superficie del cuello y el animal empieza a emitir sonidos de asfixia.

Imaginen mi desesperación, intentando liberar la mordida, juro que no hay técnica posible en esa fracción de segundos; de fondo escucho una voz que no para de gritar “lo está matando”……a unos metros y sin acercarse a ayudar.

Al final, y sin ideas, me lanzo con todo mi cuerpo encima de Ciro tumbándolo y logrando , de milagro, que soltase; la reacción del perro al verse libre de la presa fue inmediata…….se lanzó contra mí, mordiéndome en una mano y dejándome cuatro heridas de las que una fue tan profunda que llegó al hueso.

Omitiré la serie de exabruptos lanzados contra el amoroso y valiente dueño, omitiré la mala leche que me inundó y únicamente señalaré que sus sinceras y reiteradas disculpas me calmaron, lo suficiente como para pensar que determinados incidentes deben quedar en el ámbito de lo probable… sin otra consecuencia que el beneficio de la duda.

Sé que podría ser la primera vez que le sucedía, quiero pensar que nunca más llevará a su perro sin el mínimo control; considero que si el incidente sirvió para ello me doy por satisfecho.

Las denuncias, vericuetos legales y trastornos de todo tipo, son asuntos demasiados serios y molestos como para emprender un camino que como mucho lleva a quebraderos de cabeza y poco más.

Entre dueños de animales se supone que debemos buscar aquello que nos une, no fomentar en cada incidente una guerra de guerrillas.

Desde luego reconozco que, habrá ocasiones en las que no queda otro remedio que actuar legalmente…no lo pongo en duda…pero siempre que se pueda evitar estaremos dando un pequeño ejemplo de racional comportamiento.

Al día siguiente, y regresando a casa del trabajo, observo un vehículo patrulla policial en la puerta del vecino – el dueño del american stanford – cuando los agentes abandonan el lugar me intereso por lo sucedido. Había sido denunciado por llevar al “peligroso y agresivo” can sin bozal.

Una denuncia como para dejarte el mes a pan y agua, pero lo cachondo del asunto es lo que los agentes manifestaron al propietario; llevaban días buscándolo ya que una denuncia anónima había advertido de un perro peligroso sin bozal por la urbanización.

Y es que las normas catalogan, etiquetan y se convierten en infalibles; y si el animal está en la lista de perros, potencialmente peligrosos, o asimilados…dese usté por jodio.

Potencialmente no hay animal peligroso, potencialmente lo único peligroso es el ser humano que convive con él.

Pero la alarma social es la mayor norma no escrita que culmina con gilipolleces absolutas, y en este país de alarmas sociales estamos sobrados.

¿No sería mucho más sensato, lógico y racional, sancionar las conductas humanas para con los animales?. ¿ O acaso la peligrosidad es un gen inherente a algunas razas de canes?.

Definitivamente de lo relatado extraigo algunas conclusiones.

Ser propietario de cualquier can es una responsabilidad, para con el animal y para con la sociedad; cumplamos las normas de trato animal y convivencia y dejémonos de regular hasta la hora en la que debemos ir al inodoro.

Educar para ser propietario de un can es una tarea complicada, legislar es complejo pero resulta sencillo.

Un perro lobo checoslovaco es muy de rituales y gestos agresivos, un plc puede buscar la dominancia con otros canes; pero lo indudable, lo cierto, es que si hay enfrentamiento sus capacidades, su  astucia, su fortaleza y su genética lo convierten en capaz de finiquitar un incidente de la manera menos deseada.

Depende de nosotros ser sensatos, cautos y ejemplares; depende de nosotros no generar la mínima alarma social, que nos empuje al saco de la potencialidad peligrosa.

Destruir es tan sencillo, construir es un esfuerzo que todos debemos emplear. No queremos vernos abocados a un bozal y un carné para poder disfrutar de la convivencia con nuestros plcs.

¿Acaso no es mucho más peligroso un dueño despreocupado y huevon, independientemente de la raza del can, que otro que jamás ha generado el más mínimo problema y sabe convivir?.

Señores legisladores, regulen ustedes….pero nunca olviden que, mientras autorizan las batidas contra el lobo en nuestro país, el potencial peligro sigue siendo humano.

Reflexionen, reflexionemos.