Libertad.

La libertad está en ser dueños de la propia vida“. Platón filósofo griego, maestro de Aristóteles y  fallecido en el 347 A.C.

No existe una definición que pueda contener el pleno sentido de libertad, al menos creo que quedaría incompleta; sin embargo el gran maestro resumió, en la frase que encabeza este articulo, de una forma sencilla y plena su profundo significado.

Dueños de la propia vida, monarcas absolutos de cada existencia; pero la vida se empecina en derruir nuestras profundas teorías, y lo hace sin acritud.

La vida no pertenece a nadie, no debe pertenecer a nadie; la vida como existencia mantiene una sola servidumbre, un sola…..la propia muerte.

El resto es un alquiler incierto, cada ser vivo es dotado de vida cual inmenso regalo; vida y existencia son poderosas razones para valorar este corto viaje.

La vida no nos pertenece, pese a nuestra absoluta habilidad para trastocar el orden natural; no debe pertenecernos ya que se trata de algo limitado, incierto y universal.

Somos usufructuarios del citado bien, arrendatarios con mayor o menor fortuna; y ante todo somos imbéciles por naturaleza.

Vivimos cómo si jamás fuésemos a morir, y generalmente morimos sin siquiera haber vivido;  preocupados por lo banal, obsesionados por lo aparente y adictos a todo lo material.

La libertad reside en tantos pequeños detalles, no es un valor que encontremos en una estantería del supermercado….la libertad se alcanza día a día.

Pero la grandeza más absoluta estriba en que la libertad no sea un derecho, la verdadera dimensión de la libertad se manifiesta cuando es un hecho.

El perro lobo checoslovaco adolece de muchos “defectos”, y permitan el entrecomillado, así mismo es poseedor de muchas virtudes; pero ante todo es heredero de libertad.

Una parte, una simple parte de esa libertad de hecho, y no de derecho, les acompañará toda su vida.

En ocasiones, o muy a menudo, nos asombramos ante actitudes o comportamientos de nuestros ejemplares; la fijación de muchos de estos ejemplares por el “escapismo”, su obsesión por explorar nuevos terrenos, su innata inadaptación a entornos que consideran cuando menos hostiles.

La historia de esta nuestra raza está plagada – en su devenir cronológico -de jaulas, espacios en los que se realizaron los primeros cruces y  en los que se criaron los primeros ejemplares.

Barrotes que aún hoy siguen siendo un denominador común en muchos casos, jaulas que contienen un hecho; el de la libertad innata.

Contenemos esa libertad, lo hacemos nos guste o no, y somos felices con el disfrute de esa parte salvaje y natural.

Por supuesto que no somos ni un zoológico ni un circo, aunque en ocasiones seamos unos payasos integrales; somos dueños de su vida, de una vida ajena a la nuestra.

En función de cada uno así resulta esa vida, en ocasiones con la grandeza del respeto y la comprensión…. añadiendo el esfuerzo de facilitarles cotas de libertad.

En otras ocasiones con la ineptitud del desconocimiento, y la cabezonería de la obsesión… por igualar al perro lobo checoslovaco con otras razas de canes.

No juzgaré a nadie, pero defenderé hasta la saciedad la diferencia; entender a esta raza no es sencillo, observarla es objetivo….tan objetivo cómo sencillo resulta manipular las razones de su comportamiento.

El cariño hacia estos ejemplares no se demuestra con su alimentación o paseo diario, lo anterior resulta relativamente sencillo.

Alcanzar un vínculo con cada ejemplar nos acercará a su interior, ese vínculo se construye a diario; no hay formulas mágicas, ni manuales en mil idiomas que nos orienten.

Si me permiten, y al margen de sesudas teorías conductuales, hay una máxima inalterable en toda relación entre seres vivos; uno no puede obtener continuamente sin dar, obtener satisfacción o cumplido deseo no se puede mantener en el tiempo…. si no somos capaces de dar por nuestra parte.

Puede resultar escandaloso, al fin y al cabo hablamos de animales que dirían los más críticos, pero con un perro lobo checoslovaco les puedo asegurar que hay que dar….. y mucho.

Y no se trata de dar nada material, en absoluto es así; un plc disfrutará cómo un cochino, pastando en un pinar, con un simple palo o cualquier objeto inútil y sin valor.

Pero disfrutará siempre que esté acompañado, siempre que su referente se parta de risa o se doble de mala leche.

Reciprocidad, gregarismo y absoluta devoción; piden relativamente poco ….para el inmenso potencial de libertad que acumulan.

Pero hay que darles espacio, hay que proporcionarles cotas de libertad por pequeñas que estas sean. Hay que facilitarles ejercitar sus capacidades, hay que ser tolerantes con sus payasadas e inflexibles con sus bestialidades.

En definitiva tenemos que darles algo muy valioso, muy valioso; nuestro tiempo, parte de ese usufructo de nuestras vidas.

Y hay quién da, y hay quién está encantado de haberse conocido y que le admiren al pasear de la correa a su “lobo”.

Allá cada cual, cuestión de moral y de conciencia, pero que nadie intente hacer comulgar al resto con ruedas de molino; si intentamos coartar o erradicar esa libertad, innata del plc, estamos firmando el finiquito en nuestra sociedad limitada con él.

Si por el contrario asumimos la responsabilidad, ejerciendo el compromiso, puede que alcancemos a disfrutar de algo muy poco común.

Nunca podremos darles todo lo que realmente necesitan, soy muy consciente; pero si logramos entregarles parte de nuestro tiempo, otorgarles complicidad y descoque y podemos añadir ejercicio y exploración….todo lo anterior junto a ellos….entonces puede que su retazo de libertad sea un hecho.

No serán dueños de su propia vida, como tampoco lo somos nosotros; pero si convivimos con ellos, entregando parte de la nuestra, puede que veamos en su mirada un brillo diferente.

El brillo de la mirada intensa, profunda, enigmática y atractiva de un pedazo de libertad natural.

Algo muy extraordinario para quién alcance ese extremo.

 

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Lobo, in memoriam.

El dolor es la dignidad de la desgracia” Concepción Arenal Ponte, escritora gallega vinculada al movimiento feminista de su época y representante de la literatura realista; fallecida en 1893.

Nadie puede sentir nuestro dolor, nadie; del mismo modo nadie puede entender o sentir nuestras alegrías, el dolor es un hecho individual… absolutamente personal.

Ni nuestros seres queridos, más cercanos, pueden vivir esos momentos en los que el sufrimiento atenaza nuestro ser.

Y no hablamos del dolor físico, hablamos del dolor que afecta a nuestra parte más vulnerable y desprotegida; los sentimientos, ese ámbito tan delicado. La vida es un corto camino, y nos depara dolor y alegrías en dosis inciertas.

En cualquier desgracia el dolor es necesario, es parte inseparable y la convertimos en dignidad o en absoluta impotencia que nos puede llevar a la catástrofe.

Los seres humanos lloramos a nuestros seres queridos, los honramos y recordamos; y un ser querido no tiene raza, ni sexo ni religión…pero lo que realmente importa es que un ser querido no tiene especie.

La vida de cada ser humano es un ejercicio de libertad condicional, limitada por todas las circunstancias que nos impiden mayores cotas; dentro de ese ejercicio de libertad hay seres humanos que muestran un gran corazón, una humanidad por encima de la media.

Aquellos que deciden compartir su vida, su espacio, su tiempo- y sobre todo su capacidad de amar – y deciden hacerlo con un animal…. merecen todo mi respeto y admiración.

Quienes además optaron por compartir su vida con un perro lobo checoslovaco son personas diferentes, ni mejores ni peores; compartir tu vida con un plc es una decisión llena de compromisos, llena de responsabilidades.

La grandeza de esta raza tan especial es impactante, cuando se genera el vínculo con ellos algo inexplicable nos hace amarlos con locura, con pasión, con una absoluta entrega casi irracional.

Y el mundo personal de los sentimientos se va llenando, hasta casi desbordarse; no somos conscientes, pero acumulamos momentos mágicos, sensaciones y mucho amor.

Acumulamos de manera inconsciente, nos llenamos de todo lo bueno que nos aportan; los momentos malos sirven también para dar forma a esa avalancha de sentimientos involuntarios.

Y el ciclo de la vida, un mal día, se cobra el mayor peaje que podamos aportar; nos reclama a ese maravilloso ser querido. Y el dolor aparece de un modo bestial, brutal; nadie puede describir lo que otro ser humano siente en ese instante.

Desde ese respeto hay que guardar silencio, un silencio cálido; las palabras, en ocasiones, sirven de muy poco…..creo firmemente que lo importante es estar ahí.

El ser humano que sufre ha de sentirse acompañado, la soledad puede ser peor que el propio dolor.

Las tierras de Irlanda sintieron el paso firme y curioso de Lobo; Irlanda recibió a Lobo, el esplendor de su naturaleza se le ofreció como regalo inapreciable.

Creció con la curiosidad propia de un plc, vivió con la inquietud de su raza; Lobo fue dueño de cada espacio que pisaba, señor de bosques y montes…..rey de su mundo.

La libertad siempre acarició su pelaje, y la luz de esas lejanas tierras inundó sus pupilas.

Hoy lobo se reúne con druidas y bosques frondosos, hoy Lobo corre libre en un mundo propio de salvaje naturaleza y plena libertad.

Mientras, una familia llora su ausencia… con dignidad….con la fuerza de su tierra de origen, con la nobleza que mamaron y con los sentimientos que acumularon.

Que vuestro dolor , Hugo, sea la dignidad de una desgracia que nos ha provocado, a todos, un vuelco en el corazón.

Lobo corre libre entre druidas que lo miran con asombro, entre bosques que le rinden pleitesía….con la lluvia acariciando su cuerpo y nunca olvides, Hugo, que siempre se girará para clavar su mirada en tus ojos……..

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De miedos y dificultades.

El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son“.  Tito Livio, historiador romano y maestro del futuro emperador Claudio.

Son tantas las facetas del miedo que resulta complejo reflexionar sobre ellas, el miedo puede ser repentino, absolutamente irracional, intensamente sensorial; puede ser paulatino, invadiendo cada poro de nuestro entendimiento y generando un estado de ánimo concreto.

El primero resulta sobradamente conocido, quién no lo ha experimentado en alguna ocasión; el miedo paulatino es más complejo, nace silenciosamente y se desarrolla alimentado por nuestra propia incertidumbre.

Normalmente nace en situaciones extremas, ante grandes éxitos (por puro temor a perder lo alcanzado) o ante la perspectiva de grandes fracasos o males inminentes; en todo caso ese miedo silencioso, ese estado de ánimo, se crece ante las dificultades.

Y así es, y lo ha sido desde la noche de los tiempos; sin embargo, el ser humano moderno carece de las herramientas que antaño forjaron la dureza de la supervivencia, de la astucia vital y de la lógica natural.

Hoy nacemos y crecemos en relativa comodidad, al menos en el entorno del mal llamado primer mundo, prima el “me apetece” desde la más tierna infancia, se desarrollan pequeños tiranos de armas tomar; las dificultades no alcanzan a esa estirpe, antes dejaremos de respirar que negarle el capricho al nene o la nena.

Y perpetuamos la “castración” resolutiva, fomentamos la más absoluta dependencia; hoy esta sociedad es fiel reflejo de esa situación, sin entrar en los graves problemas, que actualmente sufrimos y vivimos, resulta curioso que jamás nos paremos a pensar qué estamos perpetuando…..tal vez una sociedad acomodada, una sociedad con síndrome de Estocolmo.

Generamos un vínculo de tremenda afectividad ante lo evidente, argüimos mil razones para no romper esas cadenas; y nos fumamos un puro si se tercia.

Las dificultades no son nuestro fuerte, tan siquiera nuestra trinchera, tal vez ni una pobre esquina en la que guarecernos; las dificultades son actualmente una catástrofe, un mal irresoluble y un estigma para quién las padece.

Existen ejemplos contrarios que nos hacen poner los ojos como platos, son los menos; lo normal es que las dificultades generen un miedo atroz, un miedo paralizante y al tiempo la causa de la profecía autocumplida.

Comprobar que las dificultades al convivir con dos ejemplares de perro lobo checoslovaco son idénticas, en casi todos los casos, es una gran experiencia que debe hacernos reflexionar; dificultades que no son cosa de menosprecio, inherentes al desarrollo del propio plc y propias de la constitución de una manada en su mínima expresión….un macho y una hembra.

Este mundo del plc brilla por su nebulosa oscuridad, al menos quitando cuatro velas poca más iluminación encuentro en el camino, tendemos a ocultar lo complicado, lo difícil, tendemos a mostrar tan sólo lo superficial; y es bueno compartir el lote completo, es muy positivo airear los problemas propios ya que son también ajenos.

La opción de convivir con dos ejemplares es una opción personal, intransferible y respetable en su justa medida; las decisiones se asumen, con la certeza de que el camino no va a ser un paseo bucólico pastoril.

Dos ejemplares de plc son una interacción desmedida entre ellos, un volcán en continua erupción; un mar de risas y lágrimas a partes iguales durante su desarrollo, y mientras la madurez les alcanza su conducta en el entorno exterior puede ser tranquila, pausada y tolerante.

El problema surge cuando  se consideran fuertes, seguros y dueños de todo su potencial; cuando la calle es casi su territorio, cuando otros perros son una intrusión, o simplemente cuando ese potencial combinado es una perfecta máquina para amargarle la vida a cualquier cosa que se menee.

Entonces nos superan día a día, el miedo nos atenaza y nos convierte en furtivos “`paseadores”, exploradores de horarios intempestivos y proscritos en nuestro entorno.

Si dejamos que ese miedo nos atenace, si ante la dificultad nuestras armas son el escapísmo y la nocturnidad….mal vamos; de culo cuesta abajo y sin frenos.

Esta raza es muy complicada, mucho más de lo aparente; y requiere ante todo un estado de ánimo – que confieso he perdido en multitud de ocasiones – resolutivo; ante las dificultades debemos actuar, no de manera evasiva.

Resulta muy complicado aportar soluciones concretas a cada situación, si las hubiese sobraría cualquier preocupación; tan sólo existe una alternativa…..compartir y buscar ayuda.

Compartir experiencias, buscar soluciones y sobre todo ayuda en aquellas personas que pueden aportar sus conocimientos y aptitudes.

Se trata de actitud ante las dificultades, de no dejar que ese miedo paulatino anule cualquier solución; no es sencillo, ni fácil….pero es viable.

Y algo que quizás sea subjetivo, y ceñido únicamente a mi propia experiencia, nuestro estado de ánimo lo perciben de un modo asombroso; si el miedo nos atenaza lo percibirán, y su reacción será contraria a nuestra voluntad.

Las dificultades en esta raza son evidentes, las vivencias son imborrables; ocultar los problemas nos conduce al autoengaño, propicia la distorsión de una realidad…… compartir es parte de la solución, siempre que seamos conscientes de que el miedo no debe ser el motor de nuestros actos.

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¿Belleza?.

Es difícil juzgar la belleza ya que es  un enigma“. Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, escritor y novelista ruso; sin duda uno de los grandes de la literatura universal.

¿Qué es la belleza para el ser humano?, una pregunta tan genérica que si planteamos la misma, en términos generales, puede que obtengamos una respuesta diferente por cada persona.

La belleza puede ser un patrón pasajero, un concepto cultural; puede incluso ser un estado de ánimo que transmite, puede ser lo que ustedes prefieran. El viejo refranero español ya indica que “para gustos los colores”.

Y sin embargo nos obsesiona y genera debates profundos, y es que somos cachondos hasta la médula; competitivos y celosos de poseer lo más bello.

Es en ese momento cuando la “belleza” se convierte en aristocrática posesión, envidiable y posesiva pertenencia. Tenemos lo más bello en contraposición a que los demás no poseen.

Así de sencillo y rotundo, algo banal y realmente subjetivo; o no…….ya que hay personas y colectivos que viven por y para el culto a esta curiosa religión sectaria.

Allá cada cual, somos libres de ejercer el derecho al gusto y a la elección; otra cosa muy diferente es hacer comulgar con ese gusto y elección a to quisqui.

Y resulta curioso, como somos capaces de sublimar algo tan subjetivo hasta extremos realmente enervantes;  nuestra innata competitividad, ni buena ni mala… tan sólo compañera de viaje, nos hace competir por todo lo habido y por haber.

Parece ser que si no competimos no vivimos, curiosa característica del ser humano; competimos por todo, comparamos, juzgamos y nos corroe el resultado si no es favorable.

¿Qué buscamos realmente?, quizás reconocimiento….tal vez señas de identidad que nos integren en la corriente dominante; o simplemente la satisfacción de poseer. No lo sé, pero resulta evidente que todos participamos en este culto ancestral.

Y llega a extremos ridículos cuando se convierte en obsesión, así podemos afirmar que el perro lobo checoslovaco es llamativo; muy llamativo.

Impacta su presencia por pura comparación, sin duda; de inmediato surge la comparación con su ancestro el lobo, es tan evidente cómo el sol que de momento nos alumbra.

Habrá quién considera la raza con parámetros morfológicos, habrá quién destaque su mirada……cómo una sensación inquietante.

Todo es válido y todo forma parte de lo realmente importante, que considero es poder transmitir; emocionar, mover sensaciones y en definitiva captar nuestra atención más allá de una simple mirada.

Lo importante para unos es lo banal para otros, pero cuando todos centramos nuestra atención en algo…..cuando de manera general nos transmite, estamos ante un enigma.

Este mundo del perro lobo checoslovaco es muy curioso, lleno de filias y fobias; repleto de intereses y altruismo, a partes iguales sin duda.

Y como no podría ser de otro modo los oropeles son necesarios, los reconocimientos imprescindibles; y aparecen en escena los denominados concursos de belleza……  y aquí ya hay que atarse los machos.

Vaya por delante mi más absoluto respeto hacia aquellas personas que, por uno u otro motivo, son asiduos participantes de dichos eventos.

Quede claro que todos hemos participado en alguna ocasión, destaquemos lo importante que puede ser un excelente resultado para un criador o para el propietario de cualquier ejemplar.

Y dicho lo anterior es un mundo que me pasma, me asombra y me hace poner cara de póquer en multitud de ocasiones.

Y es que niego la mayor, me resulta totalmente incomprensible que se intenten aplicar criterios subjetivos de belleza en una raza que se creó para “trabajar”.

Podría  admirarme, si se compitiese para comprobar qué ejemplar tiene mayor resistencia en largos trayectos; podría maravillarme si se añadiese una prueba de oído y olfato, podría disfrutar como un enano si todo lo anterior se culminase con la participación activa de cada propietario.

En definitiva, me resultaría reconfortante que se potenciasen las cualidades innatas de la raza; y creo firmemente que además resultaría un valor añadido para el presente y futuro del plc.

Y sin embargo, por alguna extraña razón, seguimos anclados en las pruebas de belleza; pruebas tan subjetivas cómo la competencia de quién debe juzgar a cada ejemplar.

Y no se trata de denostar la labor de organizadores o jueces, no….se trata de poner en solfa una realidad que en ocasiones resulta tan ridícula cómo histriónica y por lo tanto teatral.

El ring de un concurso de belleza es un lugar muy curioso, observen el entorno y valoren; metemos a nuestros ejemplares en un espacio generalmente vallado, ya de entrada todos sabemos que estar están ……pero esperando que pase el evento cual alma que lleva el diablo.

Un caballero o dama, que juzga otras muchas razas de las clasificadas como de trabajo o grupo 1, perros de pastor y boyeros excepto boyero suizo, nos indicará que realicemos una serie de carreritas al trote para observar a nuestro ejemplar; posteriormente procederá a una exploración del plc, mayor o menor o incluso nula, comprobando dentadura, órganos genitales en los machos, pelaje etc.

Y finalmente tomará una decisión, para otorgarnos, si procede, un reconocimiento; todo muy medido en base a criterios internacionales, a reglas estandarizadas, todo correcto y sujeto al criterio final de cada juez.

Y verán ustedes, podrá ser todo lo justo e imparcial que queramos, podrá ser todo lo objetivo que podamos creer….pero la pregunta es obvia….¿ es así cómo debemos valorar a esta raza ?.

Me permito discrepar rotundamente, y sé que con toda seguridad esto se considerará un anatema, una desviación oportunista o directamente una gilipollez ; asumo las consecuencias.

Pero me gustaría sembrar una duda razonable, una reflexión sobre esta maravillosa raza; todos coincidimos en que se caracteriza por sus innatas habilidades, por su extraordinaria resistencia, por su maravilloso oído y olfato.

Entonces por qué razón no potenciamos  dichas peculiaridades, por qué nos obcecamos en buscar la belleza en lo subjetivo; y ojo que nunca defenderé obviar el estándar de la raza, por supuesto que no……pero cada día el devenir morfológico del perro lobo checoslovaco va paralelo a la subjetividad de una belleza enigmática.

Creo sinceramente que debemos reflexionar, al menos no arrinconar la esencia de esta raza; potenciar sus cualidades engrandecerá su belleza, lo contrario los acabará convirtiendo en carne de tendencias y gustos; corremos el riesgo de perder mucho y ganar muy poco.

Si juzgar la belleza resulta difícil es un enigma por qué no valoramos la esencia. 

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