Juguetes rotos o un futuro incierto.

“Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”. Martin Luther King resumió de manera brillante uno de los mayores defectos del ser humano.

Y es que además, cuando la ignorancia sincera se une a la estupidez concienzuda se convierte en el caldo de cultivo de la arrogancia más peligrosa.

El juego es sustancial al ser humano, no hablo de la competición, no hablo de las apuestas; me refiero a proyectar sobre un ser o cosa nuestras emociones, ilusiones o deseos.

El niño juega, volcando en dicha actividad sus más recónditas emociones; el niño encuentra salida en el juego a su proyección como ser, disfruta, se divierte, se enfada y vuelca lo mejor y peor de él.

En los adultos, y en ocasiones, el juguete es algo deseado durante largo tiempo, ser o cosa da lo mismo; se desea por mil razones, refleja la propia personalidad, cubre ambiciones, llena el deseo y resulta incluso terapéutico.

El juego es necesario, imprescindible en las etapas tempranas del desarrollo humano, cuando es colectivo educa, aporta valores, plantea retos y enseña que el éxito y el fracaso van unidos de la mano.

En la etapa adulta el juego resulta mucho más complejo, por que no podemos negar que en ocasiones jugamos; y jugamos a ser lo que nunca fuimos ni seremos, jugamos a tener lo que nunca tuvimos ni podremos tener.

Y cuando el objeto del juego es una cosa, las consecuencias nunca van más allá del olvido y abandono; satisfecho nuestro deseo, desgastado por completo el objeto de dicho deseo se abandona y punto.

Cuando el objeto del juego es un ser vivo la cosa se complica, las modas son demoledoras; jugar a tener sin saber es una verdadera estupidez.

Cubrirá nuestro deseo, alcanzaremos la meta de la posesión – verdadero motor del juego – pero la realidad nos explotará en medio de ese desierto de ignorancia y estupidez.

Esta raza se ha convertido en un objeto de deseo, esta raza está de moda;  y por desgracia, alcanzar la posesión de un cachorro de perro lobo checoslovaco, puede ser un juego para algunas personas.

Nunca generalizaré, ni tan siquiera puedo afirmar que me baso en demoledoras estadísticas; no….tan sólo me alarmo a diario con aquello que veo, leo y puedo comprobar.

Y quiero compartir, una vez más, esa preocupación; podré estar equivocado – y ojalá así sea – pero me resisto a dejar pasar lo que considero un juego peligroso, que puede romper la raza y generar un futuro incierto.

Las modas resultan muy peligrosas con cualquier raza,  pero jugar a tener un plc simplemente por qué nos resulta atractivo, y proyecta nuestro más íntimo deseo de posesión, es mucho más peligroso.

No deseo ahondar en el problema, se y me consta que en cualquier foro de propietarios y aficionados es una preocupación constante; me gustaría ahondar en el origen del problema.

Existe una ley universal, en cualquier sociedad, que se convierte en religión; la oferta y la demanda. Resulta muy complejo determinar si fue antes el huevo o fue la gallina…y el sexo de los ángeles no ayudará a dilucidar por qué.

Existe oferta por que hay demanda, o la demanda provoca la oferta….me resulta indiferente a estas alturas; se que hoy y aquí la oferta es considerable.

Las camadas de plc cada año aumentan de forma exponencial, por lo tanto tenemos una fuente de la que mana un caudal importante de ejemplares.

Todos en este mundillo del plc somos responsables de algún modo, sin excepciones, pero aquellas personas que dedican su tiempo y esfuerzo a la selección y cría del perro lobo checoslovaco……. son el verdadero pilar de la raza en este país. 

Y hablo de aquellos que de manera responsable y seria dedican su tiempo y esfuerzo a esta tarea, no de piratas de bañera o incluso delincuentes convertidos en “fabricantes” de plc.

Ellos, los primeros, son los responsables de que los pilares de la raza sean sólidos o de barro. Resulta muy difícil, hoy por hoy, seleccionar, planificar una camada, tener todas las pruebas veterinarias realizadas, cubrir y si todo marcha bien sacar adelante una camada.

Es un gran esfuerzo…de sobra lo se…económico, un gran esfuerzo de dedicación y entrega. Por ello mismo quienes así actúan se legitiman moralmente para abanderar, de algún modo, la lucha contra el juego peligroso de las modas y el capricho más insensato.

A ellos me dirijo, humildemente y admirando su trabajo y esfuerzo; reconociendo que la fractura interna en este “mundillo” no propicia medidas globales que pongan un poco de cordura en la comercialización de las camadas.

Pero insisto, no hablo de la selección de ejemplares, de si estamos ante líneas nuevas de sangre o estancados; no hablo de lo que pudiera ser en un futuro un problema genético.

Hablo de poner……hoy y aquí…… en las mejores manos posibles esas camadas que con tanto esfuerzo han sido planificadas y sacadas al mercado.

Quisiera hablar de educación, basada en información veraz y sin tapujos; de cerrar el círculo de un criador, con el aldabonazo de una buena información al futuro propietario.

En definitiva liderar el sentido común, con una raza que tiene de todo menos ser común a nada.

Ellos, los criadores responsables, son la esperanza para que la comercialización de ejemplares se realice con una información exhaustiva que provoque una selección natural.

Que sea una criba en la que se desechen personas caprichosas, inmaduras o simplemente mal informadas. No es fácil lo se, no es algo que permita vender con rapidez….y al final nadie cría con la intención de no vender.

Hay muchos motivos para la esperanza, para pensar que quizás algún día cada una de las camadas – de criadores responsables de nuestro país – saldrán al mercado con un bagaje de seminarios previos; dónde se informe detalladamente sobre la historia de la raza, su origen y por qué se creó, las etapas y necesidades del cachorro, las diferentes posibilidades de carácter de cada ejemplar, cómo actuar básicamente ante problemas afines y sobre todo y mucho más importante…..qué es lo que nunca se debe hacer.

Utopía o buenos deseos, no lo se con certeza; pero un propietario que parte del criadero con un cachorro y el bagaje citado es una garantía, no será un juego en el que por ignorancia y estupidez se pueda estropear, abandonar o llegar a matar a un ejemplar que merece la necesaria dedicación y respeto a su ser intrínseco.

Futuro incierto, probablemente…..pero en manos de todos aquellos que somos y creemos en esta maravillosa raza; erradicando la ignorancia combatiremos la estupidez.

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Fuera de lugar, o quizás muy relacionado.

” La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil que cuando uno empieza a aprenderlo ya es hora de morirse”. Ernesto Sábato escritor argentino.

Hoy me permito una licencia, tal vez este artículo no se encuadre en el mundo del plc; es posible que tan sólo sea una reacción humana ante un hecho concreto.

Que la vida resulta corta y difícil es un hecho objetivo, ajeno a especulaciones o intentos por magnificar la intensidad e importancia del espacio tiempo.

Tan sólo cuando nos suceden acontecimientos impactantes valoramos las cosas “pequeñas”, salir indemne de un accidente, perder a un ser querido, una mirada de agradecimiento…..momentos en los que valoramos el ser; por que somos a pesar de todo.

Y somos muy mezquinos por naturaleza, vivimos aceleradamente; el calendario marca la rutina, las obligaciones encarrilan nuestra vida y lo aderezamos con una ambición en ocasiones ciega y desmedida.

Por supuesto todo es relativo y cada cual ejerce el oficio lo mejor que sabe, puede y le dejan las circunstancias; pero todos, en algún momento, hemos soltado la consabida frase de “si es que nos complicamos la vida con pequeñeces y olvidamos lo verdaderamente importante”.

Y lo importante nunca son las “cosas”, en absoluto; uno puede tener un apego bestial a cualquier “cosa” material y de hecho acostumbramos a que así sea.

Pero cuando en la balanza de la vida coinciden en un platillo las “cosas” y en el otro los sentimientos y sensaciones….el desequilibrio a favor de estos últimos es notable.

Por fortuna así es pero….. ocurre que la memoria es frágil y la rutina, pasado el momento, nos conduce de nuevo a lo material; olvidando esos sentimientos y sensaciones que se produjeron en momentos extremos de nuestras vidas.

Hoy miro con perspectiva al día de ayer y observo con ilusión que valoro mucho más el cariño de mis seres queridos, valoro los momentos que comparto con ellos y con mis amigos.

Y todo ello no está presidido por las cosas materiales, de las que todos disfrutamos sin duda, todo ello gira en torno a compartir.

Podemos compartir sentimientos, sensaciones, aficiones e infinidad de cuestiones propias del ser y alejadas del oropel material. Por lo tanto creo firmemente en que esta vida, corta repetitiva en ocasiones e intensa en otras, lo es por que nos aporta la capacidad de valorar lo verdaderamente importante.

He aprendido mucho de las personas, siendo la fuente primordial de conocimientos, he aprendido mucho de mis seres queridos…siendo la fuente primordial de sentimientos.

Y me he sorprendido, y me  sigo sorprendiendo mucho, con los animales con los que he compartido mi vida y la sigo compartiendo.

De ellos he podido aprender la naturaleza más inmaculada, el desapego total a lo material y el valor tan importante de la lealtad, el cariño, el compromiso y en definitiva la entrega.

Y nos hemos complicado la vida, lo se…..se que compartir nuestros días con dos plcs significa renunciar a muchas cosas; pero en lo más íntimo de mi ser estoy convencido de que por contra nos han dado mucho más de lo que perdemos.

No se trata de constatar los pros y contras ya que sería subjetivo, cada uno de nosotros tiene una escala de valores acordes a nuestras propias vivencias; se trata de aquilatar si en esa convivencia vivimos y somos capaces de obtener satisfacciones importantes.

Para mi, poder atravesar el largo camino de la etapa de un cachorro, vivir y sentir en cada momento, es un bien incalculable que me aporta mucho más de lo que me quita; convivir con la calma relativa de un ejemplar adulto me transmite tanto que podría llenar páginas.

Creo que la naturaleza primigenia de un plc une, une en la complicidad, en el descubrir cada día un gesto, un hecho o una situación; une cuando te abres a los demás y descubres personas maravillosas que comparten contigo; une por que suma sentimientos y sensaciones y ante todo nos devuelve un poco de cordura dentro de la más absoluta locura.

Ellos son, un  trozo de naturaleza….incompatible en ocasiones con nuestras vidas ordenadas, inmaculadas y llenas de apegos materiales.

Son a pesar de ello una fuente de lealtad, una enciclopedia de sabiduría, un mar de experiencias……se que me he complicado la vida, pero también hoy se que estoy vivo y soy dueño de poder escoger qué es lo importante y qué es lo accesorio.

La vida es corta,  y compartirla con un plc no la hace más pequeña; la hace más intensa y nos ofrece la posibilidad de ser no sólo de estar.

Seamos conscientes de una mirada, de una trastada, del enfado de los malos momentos y de la inmensa alegría de los buenos; siendo conscientes estamos vivos, compartiendo somos mucho más personas que encerrados en nuestras jaulas de oro y oropeles materiales.

De qué sirve todo ello si nos falta el calor de una mirada, la complicidad de un cariño tan especial como el de un animal hacia un ser humano. aprendamos a vivir ahora…..luego será ya demasiado tarde.

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El túnel y la luz.

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Así veía Mahatma Gandhi la capacidad humana relativa al tesón y al esfuerzo.

Soy constante reiterando las dificultades de esta maravillosa raza, soy quizás alarmista; no lo pongo en duda. Pero al mismo tiempo soy parte interesada, tengo la inmensa suerte de convivir con ellos y deseo que cualquier ejemplar de plc se integre en su entorno.

Todo en esta vida, absolutamente todo, requiere un esfuerzo; lo contrario…es decir aquello que no lo requiere….no se valora.

El esfuerzo, en la convivencia con un cachorro de plc, es una necesidad agotadora; lo es sin duda. Pero no estamos ante una utopía, no es una labor de titanes ni algo reservado a una élite iluminada.

En absoluto, el esfuerzo y bajo mi punto de vista….seguramente equívoco…….debe basarse en dos pilares fundamentales. El primero el conocimiento de la raza, la información más exhaustiva que podamos recopilar; absorber hasta la saciedad todo lo relativo a la misma y todas las experiencias que tengan por objetivo descubrir la esencia del perro lobo checoslovaco.

Descubrir realmente qué tenemos a nuestro cargo, de dónde viene, por qué se creó, cómo se comportan, qué necesidades tienen y un largo etc. Es un esfuerzo tremendo pero necesario, y nos aportará una visión general y concreta.

El segundo pilar, y aquí si pongo mi personal visión sobre la raza por encima de otras consideraciones, es el respeto hacia la esencia del plc. Respeto basado en reconocer aquello que son…. aceptando la diferencia.

Es muy complicado pero considero que es básico, el plc no es un problema; el plc es el resultado de la experimentación humana, y de la misma han nacido características muy concretas.

Unas son compatibles con esta sociedad, ya que se circunscriben al ámbito de su entorno más inmediato y se pueden reconducir hacia nuestro objetivo de integración; otras características chocan de lleno con el entorno exterior, precisan de un trabajo constante y nunca se puede considerar que dicho trabajo tenga la recompensa que buscamos.

Pero en ambos casos, cada ejemplar es un mundo diferente y NO existen fórmulas mágicas que aplicadas a cualquier plc nos ofrezcan soluciones a un problema concreto. Al menos personalmente no las conozco.

Pero un hecho indudable es que cada ejemplar se comunica con nosotros, y el lenguaje es tan variopinto cómo concreto; un gruñido por posesión, un “ataque” defendiendo alimentos u objetos, un aparente desapego hacia nosotros.

Todo lo anterior – y siempre por regla general –  no muestra a un ejemplar “tarado” o peligroso, las reacciones posesivas pueden retrotraerse a su evolución en la camada con sus hermanos, pudo ser el más dominante o incluso el más débil y tuvo que “pelear” por la comida y los juguetes…en definitiva, se encuentra en una fase de adaptación a su nuevo entorno y repite aquellas conductas que, en el seno de la camada, le fueron positivas o le obligaron a adoptar.

Reconducir estas conductas no significa anular al cachorro, nunca será un trozo de alambre que podamos torcer hoy a la derecha y mañana hacia la izquierda; reconducir es mostrar, guiar y todo ello con la fortaleza de quién lo alimenta, lo educa y le da seguridad.

De este modo debe interiorizar que determinadas conductas no son necesarias con nosotros ya que debemos ser su referente.

Educar en positivo siempre, pero nunca olvidemos que en su estado natural más reciente – es decir en sus dos primeros meses de vida con su madre y hermanos – la naturaleza es muy sabia….y cuando una madre gruñe a un cachorro, le saca los dientes e incluso llega a propinarle un medido mordisco….. esto es educación en positivo…no inventemos lo que la naturaleza lleva milenios aplicando.

Firmeza absoluta ante conductas inaceptables, sin dudarlo…..pero de nada sirve si no es en el marco de la integración; el cachorro debe sentirse parte del entorno, participar de lo bueno y lo malo…en definitiva crecer dentro y no al margen de su entorno.

No es fácil, lo se de sobra; no existe un manual qué cómo con el Santo Google nos permita hallar la respuesta a cada problema, por ello debemos conocer las diferencias de esta raza, aceptar su ser innato y guiar su desarrollo hacia la integración en el marco del cariño. 

Puede parecer semántica pura, y se que nunca estas palabras darán la solución a todo el mundo con cada ejemplar y cada problema concreto; pero intento transmitir aquello que, en mi caso y experiencias, me ha servido para integrar al menos en el entorno inmediato…….el resto es mucho más complicado.

La información nos aporta conocimiento, el conocimiento nos aporta capacidad de comprensión, y el cariño es un lienzo en el que poner en práctica todo aquello que desde el respeto a la diferencia debe ser la pauta de conducta.

Son extremadamente inteligentes, si se me permite la afirmación, captan nuestro estado anímico de un modo casi brujeril; si creemos en lo que estamos haciendo les llegará, si nos desbordan y provocan rechazo también.

La paciencia es fundamental, la tranquilidad el estado más necesario – sin obviar que en determinados momentos debemos mostrarnos irascibles….eso no es malo per se – la repetición una herramienta mágica y todo ello debe ser dirigido por una sola persona…su referente.

El resto de su entorno, ocupará el lugar que nosotros le indiquemos en cada momento y sobre todo aquel que él perciba en las relaciones familiares; no hay que ser obsesivos con este aspecto.

Lo crucial es que encuentre la seguridad de su referente, la integración y el marco necesario que generará un vínculo para toda la vida.

Cada uno de nosotros somos los autores de esa historia, asumir el protagonismo es fundamental; criar un cachorro es un túnel por el que caminamos y en el que puedo asegurar que al final se encuentra la luz propia de la madurez…una luz que nunca será un ejemplo de perfección – salvo en muy contadas excepciones – pero que tendrá la recompensa del esfuerzo.

Amar a esta raza implica reconocer en ella un trozo de naturaleza, y que yo sepa la naturaleza no se moldea a voluntad ……..pero el hombre si puede y debe convivir con ella.

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De ilusiones y realidades.

La ilusión puede ser entusiasmo o alegría, pero por desgracia en multitud de ocasiones no deja de ser una esperanza que carece de fundamento en la realidad.

Todos sin excepción hemos estado ilusionados con algo o alguien, todos sin duda nos hemos dado de bruces con la realidad. Somos humanos y nunca perfectos, somos en demasiadas ocasiones caprichosos.

Y no pasa nada, el aprendizaje de la vida nos obliga a pagar el peaje de los errores; sufrir las consecuencias es el resultado, cuando las sufrimos en carne propia resulta duro pero necesario.

El problema es distinto cuando las consecuencias alcanzan a otros o a un ser vivo. Podemos ilusionarnos con todo, es necesario el entusiasmo y la alegría, pero no debiéramos dejar de lado la realidad cuando esa ilusión alcanza o implica a un ser vivo.

Hablamos de animales, no de personas que al fin y al cabo pueden reaccionar, tomar decisiones y ser libres en cada momento; la ilusión con un animal debiera incorporar al menos compromiso.

Y no pretendo poner siquiera en un plano de igualdad las desigualdades humanas, las injusticias y el horror…eso es tan evidente que sería estúpido compararlo….hablamos de algo diferente pero también repugnante.

Y el compromiso debe contemplar realidades, esas que en ocasiones olvidamos; la parte menos agradable del deseo.

En esta época vacacional, por desgracia, aparecen en diversos medios de comunicación noticias que me enervan; me sublevan desde lo más hondo, me provocan hastío y vergüenza.

Recientemente se han difundido dos hechos denigrantes relacionados con caballos, abandono hasta la muerte y los supervivientes comiendo tierra.

No lo entiendo, no alcanzo a comprender cómo alguien puede llegar al extremo del abandono; y no dudo que esas personas, en algún momento, tuvieron ilusión.

No es mi intención analizar dichos casos, ni por supuesto  juzgar a nadie; mi intención es reflexionar sobre la realidad que acompaña a las ilusiones con los animales.

En concreto extenderla a esta raza, y comprendo perfectamente que nos ilusione; entiendo que es llamativa y bella… provocando atracción a simple vista.

Todo ello son realidades, sin duda, pero creo además firmemente en la obligación de informar ….informar y seguir informando a toda aquella persona que se interese por el perro lobo checoslovaco. Y no desde la sabiduría docta, nunca desde un plano de aparente superioridad o impostura elevada.

Inicié esta serie de artículos precisamente con el único objetivo de poder compartir, experiencias y hechos….mi propia realidad con dos ejemplares de la raza.

Y por ello , aunque sea machaconamente reiterativo,  me preocupa que una imagen distorsionada, de esa primera impresión…genere ilusiones carentes de la realidad que conllevan.

El perro lobo checoslovaco no es igual a otras razas, creo que la afirmación es correcta, y las diferencias son tan abrumadoras que pueden provocar verdaderos quebraderos de cabeza, momentos muy complicados y en ocasiones el paso de la ilusión a la desesperación y el rechazo.

No es fácil criarlos, requieren de mucha entrega; precisan de una dedicación, en sus primeros meses de vida, casi total; aportan muchísimo sin duda…. pero también consumen una parte importante de nuestro tiempo, de nuestra paciencia y de nuestra ilusión.

Y esto es necesario explicarlo detalladamente,  a todo aquel que se interese por la raza, es una obligación…..lo debiera ser casi por contrato – aunque resulte utópico el mencionarlo – y por el bien común del futuro propietario de su familia y del propio animal.

Las etapas del plc, desde la llegada a casa, son muy marcadas y llenas de altibajos; son de un carácter innato dominante, buscan desde cachorros su “sitio” en el entorno familiar, ponen a prueba nuestras expectativas y nuestros deseos.

Por regla general necesitan una constante repetición de hábitos y conductas, con mucha firmeza pero siempre desde un inmenso cariño….generando un vínculo que les haga sentir parte del entorno al que han llegado.

De manera muy habitual precisan de un proceso cuidadoso con el entorno exterior, integrarse en el mismo no es difícil pero sí requiere de mucha paciencia, repetición y trabajo.

Las relaciones con otros perros son así mismo una parte complicada, el plc aunque sea un cachorro es bruto en su forma de relacionarse, bestia dónde los haya y además dominante.

Los aciertos en la convivencia con un plc son para toda la vida, por desgracia los errores también. Si no estamos preparados, informados al menos, podemos caer en la desesperación y lo que resulta más grave…en el rechazo.

Informarse, contactar con grupos de propietarios, preguntar hasta la saciedad….son herramientas que nos ayudarán a dibujar esa ilusión con el debido marco de su diferente realidad.

Lo contrario…… la precipitación, la auto suficiencia, en definitiva la ignorancia……pueden provocar situaciones que nos lleven a callejones sin otra salida que deshacernos del cachorro.

Hagamos entre todos, propietarios y amantes de la raza, un esfuerzo por informar de manera real, por compartir la grandeza de esta raza no exenta de muchas dificultades.

Que nadie nos quite la ilusión, si somos dueños de la realidad.

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De momentos, experiencias y sensaciones.

Aunque la definición de la palabra momento nos indica que ” se trata de un tiempo breve en comparación con otro”  resulta que vivir la experiencia, con un perro lobo checoslovaco, nos llenará de momentos; y estos a su vez nos provocarán sensaciones. 

El conquistador del planeta es muy poco dado a valorar el tiempo breve, menos  aún a reflexionar sobre la provocación de estímulos o sensaciones; será la vorágine de nuestra sociedad, la imposición de metas inalcanzables o la propia dinámica de vivir como si este breve periodo – el momento de la vida – fuese la vara de medir universal.

Muy difícil sustraerse a todo lo que nos obliga, imposible en multitud de ocasiones; responsabilidades, obligaciones, preocupaciones y el día a día añaden muy poco espacio para vivir….para sentir esos momentos.

No se trata de moñerías, de sentimentalismos vacuos o de constatar lo evidente; la intención es reflejar aquello que un plc comparte con nosotros.

Las etapas en el desarrollo del plc son una cadena, y cada eslabón está lleno de momentos convertidos en experiencias que provocan sensaciones; la capacidad expresiva de un cachorro, su astuto comportamiento y lógico instinto..la teatralidad única en esta raza.

Podemos pasar del pasmo al desternille, visitar el purgatorio y acabar “escojonados” – cómo diría un buen amigo – con cada trastada, con cada pase mágico de fregona, con cada nueva decoración de nuestra casa.

Pero de esta etapa tan dura y especial me quedo con las sensaciones, te invade – al menos a mí me ha sucedido – una extraña sensación de autosuficiencia dependiente por parte del cachorro; pueden ser cabezones, tozudos cual mula de carga resabiada, pueden ser aparentemente independientes…exploradores innatos, aventureros avezados…..si…..pero al final te buscan con la mirada y el cuerpo y acaban rindiendo nuestro natural hielo humano.

Y nunca me cansaré al destacar cómo se genera un vínculo maravilloso, con la convivencia…los momentos buenos y los malos; al cachorro le damos toda nuestra buena intención, sin duda en todos los casos, y a cambio recibimos algo que valoro muy especialmente.

Confianza ciega, absoluta y sin contra partida; su futuro está en nuestras manos, aquello que asentemos en todos los aspectos de integración y educación será el contrato de por vida que nos unirá a él.

Y esta parte tan crucial en un plc se consolida a cada momento, en cada experiencia y lo que para mí es más importante….. analizando todas las sensaciones que nos transmite.

Este mundo está lleno de sabios de salón, de doctos de pandereta e incluso de magistrales gurús con sede en Mercadona; cosas del ocio y la condición humana.

Por desgracia todos ellos analizan al plc cómo si de un mecanismo de relojería se tratase, intentan enmarcar un olor, dibujar el alma; pero nunca esos tratados versan sobre las sensaciones que nos provocan, y que en definitiva marcan el origen y la razón de ser de la propia raza.

Cuando nos asombramos, cuando nos indignamos, cuando reímos y casi lloramos estamos constatando – en lo más íntimo de nuestro ser – que lo que ese momento y esa experiencia nos traslada es único y diferente; distinto y por lo tanto digno de al menos un análisis sensato.

Por poner un símil recurrente, es cómo si ante una enfermedad tratásemos los síntomas y no su origen…atiborremos al paciente de comprimidos contra la fiebre…y si muere por la infección no pasa na.

En el plc creo sinceramente que resulta muy parecido, los signos y síntomas de la raza no son el problema….por mucho que nos empecinemos. Los signos y síntomas de la raza son su identidad, su ser.

Podrá gustarnos más o menos, resulta incompatible en muchas ocasiones con el entorno natural del hombre…sin duda….por eso esta raza es especial y diferente.

Pero no me cansaré de indicar que todo lo que intentemos, para que la vida de un plc se integre en su entorno, será positivo ya que le facilitará la convivencia.

Pero de ahí a demonizar conductas y desear convertir a un plc en un mastín va un trecho, admiro la sensatez…..admiro la lógica….pero me rechina la sabiduría en cadena.

Por supuesto puedo estar equivocado, engañado por mis propias experiencias; pero intento reivindicar la esencia del plc, la sangre de lobo y de pastor alemán que corre por sus venas, en definitiva asumir qué tenemos con todas sus consecuencias.

Y esas consecuencias son momentos, experiencias y sensaciones; somos dueños de valorarlas o de mirar hacia otro lado e insistir en que nuestro plc barra el suelo con la cola ante cualquier persona, le haga un traje de saliva y de postre juegue a la pelotita con otros perros.

Cada cual actúe cómo considere, yo por mi parte intento recapacitar con cada descubrimiento; procuro valorar cada momento….bueno y malo….y lo más importante, deseo compartir y recibir experiencias que nos indiquen si estamos locos de atar o simplemente estamos atados a la locura de tener un plc.

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