El grave peligro de las “modas”

Una moda en cualquier ámbito suele ser algo pasajero, y de algún modo un fenómeno en la psicología de masas. En ocasiones una demanda masiva ante una oferta dirigida y encauzada por y para intereses económicos. En otras ocasiones,  se produce una reacción espontánea y en cadena ante la presencia en el mercado de un objeto o un animal.

Si se trata de un objeto, poco o nada puede preocuparme si acaba convertido en “tendencia” o si por el contrario acaba en una contenedor de la basura. El problema surge cuando se trata de un animal. Puede parecer increíble pero las modas también alcanzan de lleno a la tenencia de animales de compañía, y si hablamos de razas de perros podemos comprobar cómo, en los últimos años,  se ha producido un fenómeno curioso a la par que muy peligroso.

Recuerdo como hace ya algún tiempo irrumpieron en nuestra sociedad, de manera progresiva, razas muy concretas; por poner un sólo ejemplo, y sin otro ánimo que constatar un hecho y nunca criticar o denostar la raza,  el caso del Rottweiler  fue una verdadera “explosión demográfica” de ejemplares; por desgracia dicha tenencia masiva no lo fue de manera responsable. En muchos casos hubo animales que terminaron en perreras municipales, o incluso directamente sacrificados por la inexperiencia y la irresponsabilidad de sus nuevos propietarios.

Sin ahondar en las razones que motivaron el fenómeno, diversas y muy variadas bajo mi punto de vista, el ser humano comete demasiadas estupideces en su afán por “poseer y dominar” todo lo que resulte atractivo y un reto para el común de los mortales. Así a mucha gente, y hoy en día, le resulta muy atractivo poseer un perro de los denominados “potencialmente peligrosos” ya que de algún modo, y en muchos de los casos, se suplen carencias personales mostrando al resto de la sociedad una “fortaleza” basada en la posesión de un ejemplar llamativo y poderoso.

En absoluto afirmo que sean todos los casos, pero sí puedo asegurar que se produce un efecto llamada que arrastra sin llegar a valorar la raza, sus peculiaridades, sus necesidades y sobre todo la responsabilidad adquirida para con el animal y la sociedad que nos rodea.

Hace escasamente unos seis o siete años la población de perro lobo checoslovaco en España rondaba los 300 o 350 ejemplares, hoy podemos asegurar que el censo se encuentra en torno a los 650 o 700. Sin duda la demanda ha crecido exponencialmente, y los motivos se han podido fundamentar en el atractivo de la raza, su parecido físico al lobo y en definitiva su llamativa belleza que ha provocado una oferta y demanda creciente.

La pregunta, que realmente me produce una seria preocupación, es si este incremento ha ido acompañado de una información previa suficiente; si realmente cada nuevo propietario ha conocido todas y cada una de las características de la raza, si hemos sido conscientes de la responsabilidad adquirida con cada ejemplar.

En la mayoría de los casos si….no lo pongo en duda, conozco a muchísimos propietarios de plc que son muy conscientes de lo que supone tener un ejemplar. Mi preocupación, compartida por muchos propietarios, es si este incremento puede producir un efecto llamada irresponsable que perjudique seriamente el futuro de la raza.

Si el plc en un futuro inmediato se convierte en una raza de moda…….. existe un riesgo cierto de que se produzcan diversos hechos en cadena; proliferación de camadas sin garantías físicas ni etológicas, degeneración progresiva de la raza, falta de una información veraz y como consecuencia una tenencia irresponsable.

Puede parecer una preocupación alarmante, incluso excesivamente exagerada….pero nunca olvidemos que esta raza no ha sido, no lo es y nunca será un mero capricho para regalar por navidades. Esta raza ha sido y es una raza muy diferente, maravillosa en su aspecto y cautivadora en su comportamiento; especial por sus necesidades afectivas y físicas y diferente en cuanto a la dedicación requerida en todos los ámbitos.

Nada más lejos que considerar elitista su posesión, sería ridículo, nada más alejado de mi intención que considerar que sólo unos pocos “elegidos” puedan ser responsables con un plc; tan sólo considerar que es necesaria mucha más información, aunar esfuerzos por parte de todos los que amamos a esta raza para que se conozca la misma con la suficiente claridad.

En definitiva dejar la moda para los cajones y armarios y alejarla de algo tan vivo, y dependiente en su perviviencia de nuestras acciones,  como lo es esta increíble raza. Estamos a tiempo, y el tiempo juzgará.

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