Bonsais de cuatro patas.

“El orgullo es el complemento de la ignorancia”.  Bernard le Bouvier de Fontenelle, escritor, científico y filósofo francés fallecido en el año 1757 .

La ignorancia es muy atrevida, tanto como peligrosa; todos somos ignorantes…. sin duda, es el marchamo que nos convierte en patos de escayola o en seres ávidos de conocimiento.

La condición humana es curiosamente extraña, en ocasiones desconcertante y siempre dual.

Toda una vida, plena de conocimientos, nunca será suficiente para saciar nuestra natural inclinación al aprendizaje…….toda una vida, plena de ignorancia, se revestirá de orgullo para brillar inútilmente en el túnel de la comodidad.

Pero en todo caso, no existe nada más peligroso que la ignorancia barnizada de orgullo.

Y mire usted realmente es algo que no me quita el sueño……siempre y cuando semejante bagaje alumbre el ego de cualquier sabio de salón, de cualquier mindundi que se limite a crear un personaje de cara a la galería.

Allá cada cual con su cada cuala, cuestión del destino, de los dioses o de la crisis mundial; es algo tan viejo como la propia humanidad, algo tan común como las amapolas en el campo.

Pero cuando semejante equipaje acompaña, y afecta, a otros seres vivos la cuestión me enerva hasta la histeria.

El ser humano siempre ha sido proclive al robo descarado de todo lo bello, no contento con el usufructo vital hemos sido machaconamente reincidentes en el egoísmo torticero.

Si un roble es bello en la naturaleza que mejor cosa que trasplantar un retoño a una maceta, manipularlo hasta convertirlo en enano y llevarlo al salón de casa, un arte milenario y oriental lleno de espiritualidad y vaya usted a saber que elevadas y complejas cuestiones más; el taoísmo lo consideraba un puente entre lo divino y lo humano.

Respeto profundamente las tradiciones inocuas, admiro todo lo que implique belleza; pero hoy por hoy la tradición espiritual, del cultivo de bonsais, no deja de ser un vano intento, en la mayoría de los casos, de compra en el hiper de la esquina…. riego durante dos semanas y muerte anunciada en dos días.

Pero existen similitudes escandalosas, reflejos de la necesidad de acercar la naturaleza al mando del televisor.

Y hasta aquí podíamos llegar, aquí es donde entra de lleno la mala leche y la indignación; por desgracia el perro lobo checoslovaco es un fiel reflejo de la naturaleza.

Por desgracia el plc es bello en todo su esplendor, llamativo y espectacular arrastra el estigma milenario del lobo.

Y no podíamos sustraernos a ese reclamo tan evidente, nos gusta, nos atrae…..queremos tenerlo.

Y la ignorancia entra en juego, todos sin excepción iniciamos esta andadura con la debida ignorancia; todos, la diferencia estriba en convertirnos en estridentes patos de escayola o en cabezones seres ávido de conocimiento.

La moda de los bonsais llenó y llena la grandes superficies comerciales de bellos y pequeños arbolitos, la gran mayoría de ellos sobreviven el tiempo justo para soportar los “cuidados” de alumnos aventajados del taoísmo doméstico….

Con el perro lobo checoslovaco empieza a suceder lo mismo, queremos tener un ser vivo diferente, lleno de necesidades, pleno de capacidades y saturado de problemas para su plena integración en entornos sociales.

Y más chulos que un ocho, llenos de ignorancia, nos barnizamos de orgullo y nos disponemos a crear un bonsai a nuestra medida.

Esa es la gran tragedia de la raza, nuestra propia ignorancia y nuestra nula voluntad por aprender; el problema NO estriba en el plc…… el gran problema reside en nosotros.

Y crece exponencialmente cada día, crece de un modo desmesurado; desconocemos el origen de la raza, nos trae al pairo su ser, nos la sopla en definitiva.

Eso sí…..cuando aparecen los problemas, cuando se desarrollan las características de la raza, entonces echamos mano de las tijeras de podar y comenzamos el ritual…… unas hojas por aquí, unas raíces por allá y unos cuantos alambres para darle forma caprichosa al tronco.

Y así nos luce el pelo, en esta vida antes de hablar es bueno pensar, antes de pensar es bueno sentir y antes de sentir es muy recomendable observar.

Si observamos, sentimos, pensamos y luego hablamos puede que seamos capaces de entender.

Si hay algo complejo, extremadamente complejo, es esta maravillosa raza; nos dará todo, nos aportará sensaciones y momentos inolvidables, creará un vínculo indestructible…siempre y cuando seamos capaces de esforzarnos, de informarnos, de observar, de sentir y de pensar.

En el lado opuesto estaremos ante nuestra indignación, nos repateará que el “arbolito” no cumpla nuestras expectativas…nos cabreará sobremanera que sea diferente, nos incomodará su natural tendencia a la inadaptación social y en definitiva nos consideraremos estafados….y dejaremos de regarlo. 

Verán ustedes, ni soy catastrofista ni tan siquiera agorero; me considero simplemente un observador y lo que veo día a día me provoca fiebre.

La moda del lobito está en auge, el compromiso para convivir con un plc a la baja, la natural disposición a la información y la observación se suple con el estigma de comportamientos que hay que “erradicar”…y nunca debemos olvidar que todo comportamiento es un signo evidente.

Informarse, comprender, entender, asumir, encauzar y respetar son cuestiones que por desgracia suenan a chino en este mundillo.

Mientras tanto seguimos tirando de tijeras de podar, de alambres y de riegos escasos o desmesurados.

Y lo tenemos crudo, muy crudo, nuestra maceta de porcelana siempre será un recipiente hecho a medida de nuestras necesidades, a medida de nuestra sociedad.

El perro lobo checoslovaco no está hecho para esa maceta….por mucho orgullo con el que disfracemos a nuestra ignorancia.

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