Algo personal……qué me aporta esta raza.

Al Dalai Lama le preguntaron en cierta ocasión; ¿Qué le sorprende más de la humanidad? a lo que él respondió:

“Un ser humano. Porque pierde la salud para ganar dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfruta del presente, por lo que no vive ni en presente ni en futuro. Y vive como si no tuviese que morir nunca. Y muriendo se arrepiente de no haber vivido…”

Se podrá compartir o no dicha reflexión pero resulta innegable que está cargada de razones. Más de 20 años disfrutando de animales en mi entorno familiar me hace preguntarme; qué hace que un ser humano sienta la necesidad de rodearse de ellos.

Quizás se busca afectividad generosa y sin contrapartidas, es posible ya que nuestra condición egoísta puede movernos a pedir sin apenas dar; quizás busquemos un lado natural perdido en la noche de los tiempos, un acercamiento a un modo de vida ya casi olvidado….todo es posible e incluso mil y una razones mucho más complejas.

Pero lo que resulta indiscutible es lo que esta raza me ha dado, no es subjetivo ni se presta a opiniones doctas, ni a criterios científicos…no, es algo personal y pertenece al ámbito de lo que sentimos, de aquello que nos emociona, nos asombra y nos aporta, en un mundo programado y condicionado, un espacio de libertad personal.

He tenido multitud de animales en estos años, mestizos, de raza; como  gran daneses, mastines, bulldog inglés. He vivido junto a ellos y he compartido una parte muy importante de mi vida, si…resulta gratificante echar la vista atrás y comprobar que he vivido con ellos, no he vegetado o he cumplido obligaciones impuestas…no, he vivido con ellos; juntos hemos sido……y en esta sociedad resulta muy difícil ser, lo habitual es vivir conforme a multitud de imposiciones que aparcan el ser en favor del saber, el poder y la ambición que nos ciega.

En todos ellos encontré algo, no sabría definirlo; un medio quizás para pisar hierba, subir y bajar monte, sentir frío y calor disfrutando con ellos. Pude conectar con todos de un modo muy instintivo, es muy aventurado llegar a decir que los entendía o que me comunicaba con ellos; si que lo intenté y tuve momentos de satisfacción.

Pero la llegada de Leah, nuestro primer perro lobo checoslovaco, hace ya más de dos años, ha provocado un vuelco total en mi percepción, incluso en mis convicciones con relación a una raza, de la que por mucho que me informé …..hoy puedo afirmar que es la gran desconocida y para mí un “eslabón perdido”.

Nunca he observado en otras razas comportamientos, aptitudes y actitudes como las que he podido vivir con Leah. Nunca un animal me ha acercado de un modo tan bestial al mundo salvaje, a lo instintivo, a lo natural.

Entendido el mundo salvaje no como peyorativo o peligroso…no, entendido como equilibrio natural y orden que supera con creces cualquier intento del ser humano por suplir dicho equilibrio y que además….se escapa a nuestro ingente conocimiento.

Tantas y tantas situaciones vividas con ella, tantos problemas aparentemente irresolubles; tanto egoísmo por nuestra parte. Si, egoísmo por no aceptar a un ser vivo tal y cómo es.

Empecinados en modificar su conducta que ya con tan sólo 8 semanas era clara y diáfana, se integró paulatinamente con nosotros – muy lentamente – aceptó su nuevo hogar y su nueva “manada”…pero desde el primer día mostró una absoluta desconfianza a cualquier ser humano ajeno a ese entorno.

Quebraderos de cabeza, socialización forzada, etólogos, medicación…..un sin fin de intentos por modificar una conducta, un ser que tan sólo se comportaba conforme a un instinto primario de supervivencia.

Es mi percepción, mi vivencia, mi convivencia …no un debate sobre el origen de la humanidad o los defectos inherentes a un perro lobo checoslovaco. Leah ha nacido para vigilar, observar y preservar. Leah me ha dado naturaleza a raudales, astucia desbordante, cariño y protección desmedida…me ha dado una lección, única y muy sencilla…respetar su ser y aprender con ella. Aprender si, a entenderla y sobre todo a leer todas y cada una de sus señales.

La llegada de un nuevo ejemplar, de un cachorro de macho, me ha ratificado en el firme convencimiento sobre esta raza; su llegada y sobre todo la observación de otros muchos ejemplares en multitud de ocasiones.

Tenemos la gran fortuna de recibir un pedazo de naturaleza, un eslabón en definitiva que nos acerca a lo natural, lo instintivo y nos fuerza a entender a una raza diferente…muy diferente y por ello maravillosa. De nosotros depende su existencia, ellos tan sólo son. Que cada uno viva y sienta su propia experiencia, la mía me aporta respeto y admiración .

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

El entorno “adecuado” para un plc…..

Una cuestión cuando menos polémica, o que sin duda genera diversas y enconadas opiniones. Aunque recurrente en otras razas, con el perro lobo checoslovaco a menudo surge la duda: ¿casa, piso, ciudad o campo?…

Y es aquí dónde me gustaría puntualizar el contenido de la pregunta…. ¿adecuado para nosotros como propietarios o para el plc.?

Para nosotros un piso, situado en un entorno urbano, quizás no sea lo más adecuado para tener un plc. Y subrayo el “quizás” por qué cada ejemplar es un mundo y no se puede generalizar salvo en comportamientos objetivos.

Digamos que el perro lobo checoslovaco, sobre todo en su primera etapa de vida, no es muy compatible con la convivencia pared a pared con vecinos. El carácter gregario del plc le hace ser muy sensible a la separación de lo que él considera “su manada”. Ciertamente se da, en no pocas ocasiones, un fenómeno que conductualmente se define como ansiedad por separación. La misma puede manifestarse de muy diversas maneras siendo las más frecuentes todo un repertorio de aullidos – aquí reseñar que normalmente el plc no ladra, o si lo hace es en contadas ocasiones, siendo mucho más proclive a comunicarse por medio de aullidos al igual que el lobo – una desenfrenada actividad destructora con todo lo que le rodee y por último y la más peligrosa una notable tendencia al “escapismo”.

Las molestias que pueda ocasionar a la vecindad son un hecho a tener en cuenta – sin obviar que puede darse en cualquier cachorro de otras razas – los destrozos que pueda causar en mobiliario y enseres son de puertas hacia adentro por lo que poco o nada tienen que ver con la cuestión planteada. Y por último el aspecto más crucial es la pertinaz tendencia “escapista” que en algunos ejemplares puede llegar a situaciones muy graves.

Si asumimos lo anterior existen métodos progresivos que pueden paliar, tranquilizar e incluso solucionar el problema. Muchos propietarios han logrado habituar de manera progresiva al cachorro a quedarse en un trasportín logrando que dicho lugar sea un sitio tranquilo, seguro y aceptado. Habituarlo es cuestión de paciencia no de imposición forzada, un buen método es dejarle la puerta abierta colocando comida o juguetes en su interior – según le motive más o menos una u otra opción – una vez se habitúe a considerar dicho espacio como seguro y confortable cerraremos la puerta estando próximos a él hasta que veamos que su comportamiento es de calma, posteriormente nos alejaremos del lugar dejándolo solo por periodos progresivos de tiempo. La noche puede ser un termómetro de la aceptación del método. En multitud de casos esta opción funciona y no sólo regula los periodos de ausencia de los dueños sino que ayuda a la educación en sus necesidades fisiológicas. El problema es que el tamaño del trasportín debe adecuarse al crecimiento.

Sin embargo lo que se debe evitar es dejar al cachorro – o incluso en la edad adulta – en balcones o terrazas que den de manera accesible a la calle. Se han dado demasiados casos de muertes de plc por haberse lanzado literalmente desde balcones o terrazas, los motivos serían objeto de un estudio etológico que creo a fecha de hoy nadie ha realizado; pero lo cierto es que estos casos se han dado, se dan y seguirán produciéndose si no se evita el riesgo.

Por lo tanto un plc en una vivienda urbana puede ocasionar más trabajo, inicialmente, que si lo tuviésemos en otro tipo de vivienda en la que las molestias a la vecindad no sean tan notables.

Para el plc, y bajo mi personal punto de vista, lo verdaderamente importante es formar parte de su “manada” convivir con ella, en un piso, en una casa unifamiliar o en una casa de campo….lo que realmente creo, de manera indudable, es que esta raza nunca será un animal de cadena (si es que existe alguna que lo sea y que personalmente nunca compartiré), el plc debe sentirse integrado y no aislado. Su carácter y socialización podrían ser irreversibles si se le condena a esa situación.

Por supuesto que como raza fuerte y de trabajo cualquier actividad física diaria le reportará grandes beneficios, del mismo modo si le planteamos retos de trabajo por su propio carácter le aportará muchos beneficios. Pero todo ello dependerá del tiempo que podamos dedicarle cada día, al margen del entorno urbano o rural, del piso o de la casa.

Los plcs criados en entornos urbanos  pueden estar más socializados que aquellos que se hayan criado en entornos rurales……por lo tanto cada circunstancia aporta pros y contras relativos en función de muchísimos factores.

En definitiva, no creo que el entorno sea algo determinante para el plc; sin duda si de mayor esfuerzo para su propietario, pero lo que considero determinante es su integración en el núcleo familiar, la disponibilidad y el tiempo que podamos dedicarle cada día. Lo anterior redundará sin duda en su bienestar y podremos lograr una mayor y mejor socialización.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

El gran dilema ¿Cómo escoger un cachorro de plc?

Resulta un problema cuando no se conoce absolutamente nada, o quizás muy poco, del denominado “mundo” del perro lobo checoslovaco. Tomada la decisión, y escogido el sexo del cachorro,  podemos tener la gran suerte de conocer a alguien que nos pueda asesorar. Pero en caso contrario nos movemos a ciegas con tan sólo la información general que podamos obtener, normalmente extraída de internet.

Con el tiempo y la experiencia se adquieren conocimientos, que sin duda hubiesen sido de mucha ayuda en los primeros momentos. No todo el mundo tiene la fortuna de recibir información, asesoramiento o incluso consejos a la hora de qué se debe buscar y dónde.

Parece muy sencillo, en apariencia…… decidimos comprar un perro lobo checoslovaco, buscamos una de las múltiples ofertas en el mercado nacional y solucionado. Pero la pregunta que surge es qué vamos a valorar como profanos en la materia….¿ el precio ? ¿ la aparente belleza de la madre o el padre?. Por desgracia lo anterior es un campo abonado en el que se pueden cometer errores importantes, incluso siendo objeto de verdaderos abusos y engaños encubiertos.

Bajo mi punto de vista, y sin menoscabo de equivocarme, el mercado nacional y en cuanto a la oferta de criadores mantiene una razonable garantía. Del mismo modo, no podemos obviar que dentro de esa oferta general existen verdaderos “piratas” – que no criadores – cuya garantía no supera siquiera los mínimos razonables. 

La implacable ley de la oferta y la demanda motiva la picaresca como deporte nacional en este nuestro país. Es importante no generalizar y por supuesto no pre juzgar una situación, la del mercado nacional, que per se considero muy aceptable en comparación con otros mercados europeos. Pero no estamos comprando un objeto y además estamos optando por una raza muy especial.

Por lo tanto no me cansaré de repetir que en este “mundo”, como en otros, lo fundamental es información luego información y por último más información. En primer lugar existen foros y redes sociales en las que propietarios y criadores aconsejarán la mejor manera de optar a un cachorro sano, dentro del estándar y razonablemente socializado con garantías suficientes. Sin olvidar que, a pesar de todo lo anterior, cada individuo de esta raza puede ser un mundo diferente.

El precio nunca puede ser una guía o referente, en absoluto; ni por bajo ni por excesivo. Criar una camada de plc conlleva una serie de gastos que desde luego no lo convierte en un negocio rentable per se, existen muchos factores que pueden dar al traste con una visión “comercial”. Podremos comprobar que el precio medio se encuentra estandarizado, en torno a una horquilla que puede oscilar entre los 1000-1300 euros por ejemplar. Cualquier precio sensiblemente inferior resulta sospechoso, sin por ello criminalizar casos puntuales.

La belleza es una opción relativa, subjetiva y totalmente incierta; que la hembra y el macho sean maravillosos – sin aplicar conceptos especializados en cuanto al estándar – dependerá de qué busquemos en un plc, aspecto lobuno?, tamaño y fortaleza?, color…etc…es cuestión de gustos y una libertad que nunca se puede negar a nadie aún siendo profano en la raza. Por lo tanto si, bajo mi punto de vista, el precio y la belleza no son unas guías adecuadas a la hora de escoger quedan cuestiones mucho más objetivas y que nos ayudarán si cabe en nuestra elección.

Los mínimos de salud -con respecto a los progenitores-  sí son fundamentales para  garantizar una camada libre de las enfermedades más combatidas en la raza.

Enfermedades que pueden resumirse en: MIELOPATÍA DEGENERATIVA, MD o DM en inglés , grave enfermedad degenerativa que afecta a la médula espinal provocando una progresiva parálisis,   y que en el plazo máximo de 3 años puede acabar con la vida del animal. DISPLASIA DE CODO Y CADERA, HD -ED enfermedad que en fase avanzada puede provocar una seria parálisis en las extremidades del animal  y por último aunque aparentemente menos frecuente la  ENANISMO, DW en inglés, tratándose de una enfermedad por la que el organismo no produce en absoluto hormonas del crecimiento,  punto más crítico de la enfermedad, o puede no producir las suficientes para un desarrollo normal.

Sin entrar en detalle, al respecto de las tres enfermedades citadas, si resulta conveniente saber y conocer que a la hora de optar por la compra de un cachorro deberíamos exigir las pertinentes pruebas en relación a los progenitores y a las mencionadas enfermedades. Para una información más detallada, se puede consultar la gran cantidad de artículos, foros y recomendaciones que se encuentran alojadas en internet.

La socialización habitual del criador resulta del mismo modo algo importante, socialización temprana con los cachorros en las primeras 8 semanas de vida. El carácter de la hembra y el macho pueden no ser muy significativos, ya que no hay una fórmula que garantice que de padres muy socializados se obtengan cachorros iguales. Se trata más de una labor previa, que deberemos continuar y de manera intensiva al menos hasta casi el primer año de vida, o incluso hasta cumplir los dos años-momento en el que la mayoría de los ejemplares alcanzará la madurez.

Sin duda este aspecto no es objetivo, como el relativo a las enfermedades, pero si que podremos informarnos con el criador escogido; cómo plantea él la socialización de sus camadas, comparar e informarnos.

En definitiva no existe una fórmula infalible, que nos permita escoger un cachorro de plc con absolutamente todas las garantías, el aspecto más crucial siempre quedará en nuestras manos…y no es otro que el de adaptar los instintos naturales de esta raza a un entorno social y urbano. La oferta de criadores es lo suficientemente amplia como para poder comparar, y sobre todo huyendo de filias y fobias muy ancladas en el denominado “mundo” del plc en nuestro país. Mantener la objetividad es muy difícil para quién ya lleva años de andadura……para un profano es casi imposible. Por lo tanto mi única opinión, que no consejo, es obtener la máxima información….tan sencillo y tan complicado a la par. 

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

El grave peligro de las “modas”

Una moda en cualquier ámbito suele ser algo pasajero, y de algún modo un fenómeno en la psicología de masas. En ocasiones una demanda masiva ante una oferta dirigida y encauzada por y para intereses económicos. En otras ocasiones,  se produce una reacción espontánea y en cadena ante la presencia en el mercado de un objeto o un animal.

Si se trata de un objeto, poco o nada puede preocuparme si acaba convertido en “tendencia” o si por el contrario acaba en una contenedor de la basura. El problema surge cuando se trata de un animal. Puede parecer increíble pero las modas también alcanzan de lleno a la tenencia de animales de compañía, y si hablamos de razas de perros podemos comprobar cómo, en los últimos años,  se ha producido un fenómeno curioso a la par que muy peligroso.

Recuerdo como hace ya algún tiempo irrumpieron en nuestra sociedad, de manera progresiva, razas muy concretas; por poner un sólo ejemplo, y sin otro ánimo que constatar un hecho y nunca criticar o denostar la raza,  el caso del Rottweiler  fue una verdadera “explosión demográfica” de ejemplares; por desgracia dicha tenencia masiva no lo fue de manera responsable. En muchos casos hubo animales que terminaron en perreras municipales, o incluso directamente sacrificados por la inexperiencia y la irresponsabilidad de sus nuevos propietarios.

Sin ahondar en las razones que motivaron el fenómeno, diversas y muy variadas bajo mi punto de vista, el ser humano comete demasiadas estupideces en su afán por “poseer y dominar” todo lo que resulte atractivo y un reto para el común de los mortales. Así a mucha gente, y hoy en día, le resulta muy atractivo poseer un perro de los denominados “potencialmente peligrosos” ya que de algún modo, y en muchos de los casos, se suplen carencias personales mostrando al resto de la sociedad una “fortaleza” basada en la posesión de un ejemplar llamativo y poderoso.

En absoluto afirmo que sean todos los casos, pero sí puedo asegurar que se produce un efecto llamada que arrastra sin llegar a valorar la raza, sus peculiaridades, sus necesidades y sobre todo la responsabilidad adquirida para con el animal y la sociedad que nos rodea.

Hace escasamente unos seis o siete años la población de perro lobo checoslovaco en España rondaba los 300 o 350 ejemplares, hoy podemos asegurar que el censo se encuentra en torno a los 650 o 700. Sin duda la demanda ha crecido exponencialmente, y los motivos se han podido fundamentar en el atractivo de la raza, su parecido físico al lobo y en definitiva su llamativa belleza que ha provocado una oferta y demanda creciente.

La pregunta, que realmente me produce una seria preocupación, es si este incremento ha ido acompañado de una información previa suficiente; si realmente cada nuevo propietario ha conocido todas y cada una de las características de la raza, si hemos sido conscientes de la responsabilidad adquirida con cada ejemplar.

En la mayoría de los casos si….no lo pongo en duda, conozco a muchísimos propietarios de plc que son muy conscientes de lo que supone tener un ejemplar. Mi preocupación, compartida por muchos propietarios, es si este incremento puede producir un efecto llamada irresponsable que perjudique seriamente el futuro de la raza.

Si el plc en un futuro inmediato se convierte en una raza de moda…….. existe un riesgo cierto de que se produzcan diversos hechos en cadena; proliferación de camadas sin garantías físicas ni etológicas, degeneración progresiva de la raza, falta de una información veraz y como consecuencia una tenencia irresponsable.

Puede parecer una preocupación alarmante, incluso excesivamente exagerada….pero nunca olvidemos que esta raza no ha sido, no lo es y nunca será un mero capricho para regalar por navidades. Esta raza ha sido y es una raza muy diferente, maravillosa en su aspecto y cautivadora en su comportamiento; especial por sus necesidades afectivas y físicas y diferente en cuanto a la dedicación requerida en todos los ámbitos.

Nada más lejos que considerar elitista su posesión, sería ridículo, nada más alejado de mi intención que considerar que sólo unos pocos “elegidos” puedan ser responsables con un plc; tan sólo considerar que es necesaria mucha más información, aunar esfuerzos por parte de todos los que amamos a esta raza para que se conozca la misma con la suficiente claridad.

En definitiva dejar la moda para los cajones y armarios y alejarla de algo tan vivo, y dependiente en su perviviencia de nuestras acciones,  como lo es esta increíble raza. Estamos a tiempo, y el tiempo juzgará.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Hembras y machos de perro lobo checoslovaco…. ¿mito o mundos diferentes?

Siempre resulta importante conocer las diferencias entre un macho y una hembra. La elección de uno u otro sexo siempre es una cuestión que obedece a criterios muy diversos, criterios que pueden ser muy claros o estereotipados por corrientes de opinión.  Existe la creencia muy extendida sobre el carácter más proclive a los dueños en las hembras de plc, del mismo modo que los machos son más conflictivos y con menos apego al dueño.

Todo lo anterior es muy relativo, tanto como el proceso previo de selección (progenitores) y posterior socialización que haya vivido el cachorro…sea macho o hembra. Por lo tanto partimos de un premisa que ciertamente resultará inmutable en todos los casos, se trate de una hembra o de un macho; dependerá en una parte importante de la selección que haya realizado el criador, fase inicial en la que partirá normalmente de una hembra reproductora con una carácter determinado y de un macho con unas características concretas.

El criador puede buscar un determinado estándar de belleza, puede buscar además un equilibrio entre dicho estándar y el carácter de ambos reproductores o por el contrario puede quedarse simplemente en uno de ambos casos. Pero lo cierto es que el resultado final, en una camada, no es una ciencia exacta en la que tras un adecuado proceso de selección, todos los cachorros tendrán características similares de carácter y conducta. Hay que ser muy claros en cuanto a que la propia naturaleza, al margen de la intervención del criador,  modela a los individuos  en ocasiones de manera muy distinta.

Visto lo anterior existen diferencias notables, que se suman a todo el proceso señalado, entre machos y hembras de plc; las hembras tendrán un celo que resulta, en ocasiones, muy duradero (en el caso de nuestra hembra 32 días) pueden entrar en celo en los primeros meses antes del año o incluso inhibir el celo (por muy diversas razones) hasta los dos años o más.

Por norma general tendrán un celo al año, al igual que las hembras de lobo, aunque cada ejemplar sigue siendo un mundo y el propio celo dependerá de multitud de estímulos externos. De nuevo nos encontramos ante similitudes con el mundo del lobo, si la hembra convive con otros ejemplares el celo dependerá de su posición en la “manada” o de su voluntad de elección. Por lo tanto no existe una regla general que se cumpla de manera mecánica. Pero el celo sí es un condicionante que transforma el carácter de la hembra antes, durante y después del mismo.

Esta será una diferencia objetiva, que cada hembra desarrollará de una manera concreta;  pero en todo caso viviremos estas etapas con todo lo que conllevan. Sin entrar en detalles supone una diferencia notable. El celo será por lo tanto la primera diferencia objetiva. La madurez de un ejemplar de plc se puede dar, aproximadamente, en torno a los dos años; en el caso de las hembras tras pasar el primer celo.  La transformación que se produce en el comportamiento de la hembra, tras pasar su primer celo, resulta sorprendente (al menos en el caso de nuestra hembra) su carácter se asienta, resulta mucho más tranquila despareciendo incluso su pertinaz voracidad con cualquier objeto de la casa, su seguridad y fortaleza le hacen “medirse” con otros ejemplares en lo que considero la etapa de la “provocación adolescente”. En definitiva aspectos positivos y aspectos negativos que no pueden generalizarse.

Por otro lado,  la propia naturaleza ha dotado a las hembras de un claro instinto de supervivencia y continuación de la especie; este aspecto genético las convierte en observadoras, muy inteligentes y sobre todo algo que en mi caso personal me ha sorprendido desde los primeros meses de vida….la astucia….entendida cómo la capacidad de planificar cualquier acción de manera muy detallada, desde abrir una simple puerta, pasando por estudiar un elemento extraño como un grifo y lograr abrirlo, continuando por ser capaz de acceder a cualquier punto de la casa tras estudiar cómo hacerlo. Pequeños detalles que denotan una extremada capacidad reflexiva.

El apego de la hembra a sus dueños lo considero un mito relativo, en el caso de los plcs y por su carácter gregario se puede dar el mismo apego en una hembra que en un macho hacia el o los dominantes de su entorno. Por lo tanto destacaría en las hembra el periodo del celo y su acusada astucia como elementos diferenciadores. Su tamaño y peso, por regla general,  puede rondar entorno a los 62/65 centímetros en la cruz y un peso aproximado de unos 25/30 kilos. 

El macho, siempre por norma general y sin estereotipos, resulta mucho más primario e instintivo; desde cachorro sus juegos y acciones irán encaminadas a buscar una “posición” en su entorno. Del mismo modo, en su relación exterior con otros animales destacará un aspecto crucial…la dominancia….sin obviar que puede darse sin duda en las hembras….pero en todo caso es una característica común sobre todo en ejemplares maduros y adultos.

La dominancia es además un ritual muy marcado en el plc, ritual de pelo erizado desde la cola a la cabeza, hocico levantado de manera exagerada mostrando incisivos y un repertorio de gruñidos y sonidos guturales. Ritual que, en la mayoría de los casos, no llega a ser un enfrentamiento directo pero que impresiona de manera impactante cuando se observa por primera vez.

De todos los machos que conozco, y son muy diversos y diferentes, el único denominador común que he podido encontrar es la referida dominancia o continuo intento de buscar un “sitio” en relación a otros ejemplares o animales.

En el periodo de la madurez del macho, entre los dos años aproximadamente, se puede producir la “provocación adolescente” al igual que en las hembras; se sienten fuertes y seguros y buscan “medirse” con otros animales. A esta diferencia, relativamente objetiva, hay que añadir su mayor tamaño que implica por supuesto un mayor esfuerzo a la hora de encontrarnos con ejemplares que sean proclives a “tirar” mucho de la correa. Los machos, por regla general, pueden alcanzar y llegar a superar los 70 centímetros en la cruz llegando a los 35/40 kilos de peso o más.

En definitiva, e intentando alejarnos de cualquier mito, la raza del plc es por si misma una raza fuerte, de trabajo, con necesidades especiales de atención y ejercicio y con las características propias  que perviven desde su creación; machos y hembras son diferentes en función de su propia naturaleza y el rol con que la misma los ha dotado.

Optar por uno u otro dependerá de qué queramos experimentar y vivir con ellos…..las hembras nos aportarán una astucia desmedida y una gran capacidad de observación, el inconveniente del celo y una gran lealtad. Los machos son “brutos” muy nobles y proclives a la dominancia. No existe el blanco o negro en la elección….la gama de colores es tan amplia como todos los factores indicados que nos pueden dar un ejemplar con características muy diferentes y desde luego no en función del sexo escogido. Son mundos diferentes, desde luego, y no ceñidos a ningún mito …..en todo caso ceñidos a esa parte del mundo natural del que provienen.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.