Machos y hembras…definitivamente mundos diferentes.

Decía el gran filósofo y escritor Ortega y Gasset que “De querer ser a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico a lo cómico”. 

El mundo del plc está lleno de momentos y situaciones en los que quieren ser sin llegar a serlo……

Siempre recordaré la decisión y las razones que impulsaron a Cris para adquirir, en concreto, una hembra de plc. La cautela a la hora de la posible “rivalidad” entre un macho y mi humilde persona.

Y la reflexión no era baladí ni obedecía al “por si acaso”, tuvimos un macho de gran danés dominante, impulsivo y con el que nunca pude hacer carrera; desde el primer día rivalizaba conmigo por el espacio en la casa, por las atenciones de su dueña, por todo y con todo….pero esa fue otra historia.

Fruto de esa experiencia negativa nació la decisión, una hembra siempre ….teóricamente….es menos problemática en el orden de las jerarquías. La raza de por sí es compleja y se rige, por regla general, por principios muy primarios. Con todo ello y sin la experiencia de un macho la decisión se tomó y llegó Leah a casa.

Efectivamente, nunca rivalizó conmigo; su comportamiento dentro del núcleo familiar fue ejemplar y lo sigue siendo de manera extraordinaria. Su carácter es de una astucia desbordante, inteligencia me atrevería a decir; observadora, vigilante…reflexiva y sobre todo con una capacidad de aprendizaje en relación a su entorno que asombra.

Destaca su carácter genético, sus habilidades innatas y no aprendidas; hablamos de un ejemplar…no lo olvidemos…..no pretendo generalizar; pero en su condición de hembra reúne un compendio de reproductora de la raza con todo lo que ello conlleva.

Y es mucho, capacidad de supervivencia…..desconfianza natural…..y sobre todo esa mirada profunda que te atraviesa en cada momento. Creo, no afirmo, que es un trozo de naturaleza salvaje. En definitiva una hembra de plc, algo muy muy diferente a otras razas, con la carga genética de reproducir, criar y sobrevivir.

Pero la cabezonería del que suscribe no tiene límites, la raza me apasiona; me subyuga de un modo especial. Y día a día, a pesar de lo que conlleva tener un plc, germinó la decisión de tener un macho. Circunstancias especiales favorecieron esa decisión, y con toda la cautela…he de reconocerlo…llegó a casa Ciro.

Mañana cumplirá seis meses, le queda un largo camino; muy largo sin duda. Pero mi capacidad de asombro no deja de ser ilimitada.

Miedo a la dominancia de un macho de plc, miedo a su aparente carácter fuerte, miedo a su inclusión en el núcleo familiar…y muchos otros miedos acompañaron mis primeros meses con Ciro.

En definitiva un total desconocimiento……el ser humano teme a lo desconocido siempre. De nuevo estoy aprendiendo, una vez más esta increíble raza me está dando una lección; prejuicios, suposiciones, doctos tratados sobre la etología y mil y un cambalaches se han desmontado con la convivencia.

He descubierto, en mi caso y con este ejemplar, un tipo “cachondo”……divertido…..independiente pero zalamero…..primario hasta la saciedad, noble y muy muy bruto.

Este macho es realmente sorprendente, obediente hasta la saciedad; integrado en el núcleo familiar hasta llorar por su “sitio”, de instintos muy básicos y naturales….comida….alarde de fuerza……y sobre todo cabezón hasta la saciedad.

Ciro desde el primer día ha necesitado, como el respirar, un referente; llámese líder o pepito, ha buscado sentirse integrado; con un carácter fuerte pero noble. Con un apego desmedido hacia nosotros, literalmente, sin causar un sólo problema de dominancia….todo lo contrario.

Me ha desmontado de golpe y plumazo toda posible fobia, me ha demostrado que este macho ejerce de “escaparate” de la raza, si……creo firmemente que su “misión” es la de “creer ser” desde sus dos primeros meses de vida……cómico en ocasiones.

En definitiva mostrar una apariencia salvaje, y en ocasiones brutal, hacia todo lo desconocido…. en una estudiado manual natural de imposturas, gestos y sonidos que esconden una nobleza y bondad extrema hacia su núcleo y una calculada puesta en escena hacia el resto.

Me declaro impresionado, me confieso subyugado por todo ello; machos y hembras  – Leah y Ciro – son mundos diferentes, pero conjuntados y compenetrados ejerciendo cada cual un papel que la propia naturaleza les ha otorgado.

Y lo creo firmemente, por qué ambos cumplen a la perfección los roles que corresponden a la supervivencia en un medio natural; cada día agradezco más lo que me brindan, compartir con ellos momentos inolvidables; asentando un vínculo maravilloso dónde a cada uno le corresponde por derecho propio dar y recibir.

Esta raza es muy muy complicada…sobre todo para aquellos que cómo decía Ortega y Gasset quieren que sean….otra cosa. Son lo que son y así los admiro.

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