El niño de la ballesta.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”. Pedro Calderón de la Barca, escritor barroco español y una de las grandes figuras del llamado siglo de oro; conocido y reconocido por su teatro y fallecido en 1682.

Un cuento se considera una breve narración, ficticia o real, con un argumento sencillo y muy fácil de entender. Una leyenda se acepta como tal cuando narra hechos reales, sobrenaturales o ficticios o una mezcla de ambos.

La vida del ser humano, desde tiempos inmemoriales, a precisado de cuentos y leyendas; válvulas de escape, tradición oral, distracción en las noches de invierno, cultura popular y sobre todo vidas y hechos distintos, ejemplares u odiosas, que aportaban al ser humano la dosis necesaria de imaginación, fantasía, anhelo y en ocasiones temor.

La sociedad actual agoniza entre estertores de grandeza, vacía de contenido y totalmente vacua de valores imprescindibles para el ser humano.

Es lo que hay, y no descubrimos la cuadratura del círculo ni nos otorgarán un premio Nobel por semejante aseveración; es triste reconocerse en la globalidad de la estupidez y en la individualidad de la impotencia.

La enfermedad terminal que nos asola se muestra cada día, revienta en nuestras narices cual piñata explosiva.

Que un niño, de 13 años, esté enganchado a una conocida serie televisiva de zombies puede no indicar mucho.

Lo que ya rechina, pasma y nos deja con la boca cual túnel es que el tierno infante – un aciago día – pille una ballesta, un machete y un cóctel molotov (cual personaje de la serie) se tome sus cereales y se vaya directo al instituto.

Y lo que ya acojona, entristece, indigna y solivianta es que el referido “querubín” con una sangre fría, digna del verdugo más avezado, mate a un profesor y provoque heridas a otras cuatro personas.

Por fortuna para él esto no es Estados Unidos de América, por desgracia para sus progenitores el niño es un asesino por muy inimputable que legalmente sea.

No entraré a valorar el desgraciado hecho, suficiente dolor soportan los familiares y amigos de la víctima y los heridos. Pero hechos tales merecen, al menos, una pequeña reflexión.

¿En qué nos estamos convirtiendo?… Sinceramente no lo se, lo que sí atisbo a entrever es que la globalidad engendra individualidades peligrosas y deshumaniza de forma bastarda.

Siempre hemos necesitado de cuentos y leyendas, buenos o malos, mejores o peores han cubierto nuestro lado inquisitivo; nuestra natural disposición a lo imaginativo, al sueño en vida.

Hemos perdido la capacidad de ilusionarnos, asombrarnos, atemorizarnos o enternecernos a la luz de un fuego. Y lo hemos sustituido por el neón de un plasma, tablet, ordenador o televisión.

De historias enriquecedoras, ñoñas, o simplemente atractivas, hemos pasado a trocear zombies, degollar humanos y tomarnos los cereales mientras la sangre inunda la pantalla.

Nunca se debe generalizar, no sea que acabemos en la hoguera, pero nuestras devociones oníricas ya han dejado los bosques, los castillos, los campos de batalla en buena lid, los dragones sedientos y en definitiva los sueños profundos.

Todo lo anterior lo hemos sustituido por el estercolero de la prensa del corazón, la bazofia de algunas series televisivas sanguinolentas, la casquería de las redes sociales y en definitiva vivir – aunque tan sólo sea durante unos minutos -otras vidas o soñar con ellas.

Confieso que vivo mi personal cuento, sencillo y muy fácil de entender, lo hago sin pudor y públicamente.

Me llena, me da vida y me aporta ilusión; convivir con dos perros lobos checoslovacos es un cuento hecho realidad, resulta breve en su desarrollo, sencillo y fácil de entender en su desenlace…. para todo aquel que quiera y desee abrir su corazón.

Es un bello cuento, no exento de leyenda, que me enseña valores; me aporta la posibilidad de observar, de agradecer y de sentir la naturaleza en cada milímetro de mí ser.

Este cuento no deja de ser un sueño, que cada día te despierta a lo natural.Te acerca al lenguaje no escrito del mundo animal, a sus grandezas y miserias.

Una lección de vida, en la que valoro cada vida en su máxima expresión…valoro las cosas pequeñas, importantes y diarias.

Aprendo cada día algo nuevo, y nunca he recibido odio, agresividad injustificada ni psicopatías criminales.

Tal vez estemos necesitados de nuevos cuentos y leyendas, o quizás sean sueños del que escribe, tal vez ese niño de 13 años nunca convivió con la naturaleza, ni recibió valores innatos a la propia vida.

Quién sabe, es muy fácil juzgar…lo realmente difícil es determinar el por qué de las cosas.

Y la vida sigue, implacable y retorcida en los vericuetos de la mera supervivencia; nuestras vidas siguen. Con mayor o menor fortuna vivimos,  gracias a que de momento no hemos tenido un aciago día…..en el que un niño de 13 años decida que matar es el camino.

Seguiré con mi cuento, viviendo ese sueño que me despierta cada día, seguiré honrando las palabras de Pedro Calderón de la Barca “y el mayor bien es pequeño”….”que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Mis sueños, nacidos de cuentos y leyendas, me ilusionan y me enseñan cada día valores……un par de locos perros lobos checoslovacos me acercan a esos valores, con miradas limpias de sangre y casquería.

El frenesí, la ilusión, la sombra y la ficción de esta vida nunca deben llevarnos a otro puerto que la cima de una montaña, en la que respirando hondo inundemos nuestro ser sin arrebatar nada a nadie.

In memoriam.

El último lobo.

“Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.”. Mariano José de Larra y Sánchez de Castro, escritor, poeta y político español amén de periodista; considerado uno de los mayores exponentes del llamado romanticismo. Fallecido en 1837.

Por primera vez, en esta serie de artículos, una película me ha provocado pasmo, admiración y reflexión a partes iguales.

En el año 2004 el escritor chino Lü Jiamin, bajo el seudónomino de Jiang Rong, publicó una novela semi-autobiográfica que recopilaba su experiencia personal en plena revolución cultural de la China de Mao Zedong.

El contexto socio político de la época: El joven Lü, al igual que millones de estudiantes chinos en la década de 1966 a 1976, es movilizado por los cuadros dirigentes del partido comunista chino hacia zonas rurales; el objeto es trasladar la revolución, y la enseñanza básica en lectura y escritura, al campesinado por parte de los jóvenes estudiantes de las ciudades.

Lü es destinado  a  Mongolia, país de vastas estepas y horizontes inmensos, y con el cometido de educar a una familia de pastores nómadas; dos años de servicio comunitario en un entorno desconocido, absolutamente natural y en el que la convivencia del hombre con el medio ha sido dura y aleccionadora.

Los mimbres de la historia se tejen en torno a ese primer hilo conductor, en este punto debemos resaltar que se trata de hechos reales. Hechos vividos por el autor, y que habrán podido ser más o menos novelados pero que sucedieron y por lo tanto marcaron su vida.

Un joven cargado de ilusión, lleno de vigor revolucionario, desembarca en una sociedad tribal; descubre maravillado el perfecto equilibrio entre la naturaleza y el hombre en un entorno hostil, inmenso y bello hasta la extenuación.

El filme es una nueva obra maestra del director francés Jean Jacques Anaud, una fotografía impresionante y una cuidada puesta en escena que tras de sí conlleva el trabajo de un equipo de rodaje de 450 personas.

El hilo argumental, basado en la obra de Lü, y el esfuerzo técnico debían aportar un resultado excelente; y no ha defraudado en absoluto.

Pero los hechos vividos son una lección magistral, y el hilo conductor nos dirige de manera progresiva al núcleo de la obra; la compleja, admirable y extraordinaria convivencia de las tribus nómadas de Mongolia con el lobo estepario.

Dejaremos el desenlace al margen de estas líneas, resultaría poco ético reventar una historia que quizás el lector aún desconoce.

He asistido en mi butaca, perplejo y admirado, a inmensas lecciones condensadas en simples frases; a bofetadas estruendosas en el rostro de una civilización denigrante en la que el avance, siglo tras siglo, ha destrozado el entorno natural.

Las hordas mongolas llegaron a la conquista del mundo, creando el mayor imperio de la historia, nuestra civilización y casi sin estruendo ha destruido por completo el equilibrio de la tierra.

Pero volvamos a ese mundo de pastores nómadas, a esos inmensos océanos de hierba hollados por gacelas, caballos, hombres y lobos.

La libertad de dicho entorno es tan inmensa, tan esplendorosa, que difícilmente se puede describir; la sabiduría nómada tan plena que uno se avergüenza de nuestro pobre bagaje.

Milenios de convivencia, entre el hombre y el lobo, han culminado casi con el exterminio de un animal admirado, temido y totalmente maravilloso.

La obra de Lú muestra de manera sencilla, cercana y absolutamente admirable, cómo los pueblos nómadas de las estepas de Mongolia entendieron la relación entre humanos y lobos esteparios.

Debemos humillar nuestra estúpida arrogancia, si acaso somos capaces de entender, y reflexionar sobre una lección de vida tan sencilla y a la par tan compleja. 

Pero la realidad es la que nos toca vivir, y los pueblos nómadas son ya casi un recuerdo en la memoria histórica de la humanidad.

La cultura nunca puede ser una norma reglada en ciclos de estudio, la cultura debe ser el respeto a la convivencia entre el ser humano y su entorno; el equilibrio entre necesidades, en el presente y sobre todo en un  futuro que siga aportando a generaciones venideras cobijo en este planeta.

Volviendo al filme, y a la obra de Lü, una sola frase resume esa compleja, ancestral y admirable sabiduría de los pueblos nómadas de la estepa……..”Has cazado un Dios para convertirlo en un esclavo”.

El lobo estepario ha sido un Dios para los pueblos nómadas, un perfecto factor de equilibrio en la propia naturaleza; la obra nos muestra cómo su existencia equilibra el entorno, y sobre todo cómo su alteración provoca la catástrofe. 

Lecciones de humildad, de amor y de vida…..pero estamos tan ciegos que somos incapaces de ver a un palmo de nuestras narices.

Y seguimos con la vorágine de nuestra “avanzada” sociedad, negando la realidad……..nos resulta mucho más sencillo negarla que entenderla.

Consideramos una amenaza todo lo que no entendemos, o simplemente nos la sopla; asqueado con sociedades urbanitas, mercantiles y destructivas, uno se llena de emociones ante la obra de Lü.

Lü nos regala emociones y lecciones de vida, que muestran, al que quiera ver y entender, las claves de la supervivencia en convivencia; el valor del esfuerzo, la importancia del trabajo, la satisfacción de lo sencillo y sobre todo el respeto a la naturaleza.

Por otra parte, he podido sentir, entender y admirar, la inmensa belleza de la astucia del lobo estepario, su incalculable capacidad de supervivencia, su indómita libertad.

Pero del mismo modo he sentido vergüenza, rabia contenida y absoluta frustración. Comprobando hasta dónde hemos llegado los seres humanos, y sobre todo hasta dónde podríamos llegar…….. siento profundamente que seguimos sin entender.

Arrebatando a la naturaleza su razón de ser lograremos, en muy poco tiempo, un yermo entorno. 

Destruyendo la libertad, obtendremos la condena perpetua a la esclavitud de nuestra soledad; entonces quizás sea demasiado tarde para seguir negando nuestra vergonzosa incapacidad.

Mientras tanto, observen la belleza del lobo estepario…..no dejen de ver la mirada de Lú, y si no son capaces de conmoverse probablemente ya no haya solución a nuestra estúpida cultura.

El último lobo es mucho más que un filme basado en una obra literaria, es un fiel reflejo de lo que acontecerá si no somos capaces de retomar un camino abandonado hace siglos.

 

Vivir plenamente.

“ El amor y la locura son los motores que hacen andar a la vida”. Marguerite Cleenewerck de Crayencour más conocida como Marguerite Yourcenar, novelista, poetisa, dramaturga y traductora francesa nacionalizada estadounidense y fallecida en 1987.

Hoy es un día especial, un momento para brindar por la buena estrella de la intención de estos escritos; llegar a transmitir locura, pasión, indignación y en definitiva sentimientos por esta raza no es tarea sencilla.

No lo es sin tropezar con limitaciones y evidente subjetividad, somos un mundo y cada cual un universo; pero el único objetivo de esta serie de escritos fue, es y será, compartir vivencias y ayudar, en lo posible, a quienes buscan información sobre esta extraña, alocada, rebelde y cautivadora raza.

Llegar a otras personas es una satisfacción inmensa, comprobar que comparten sensaciones es ya un lujo; pero recibir un escrito con ellas, detallando vivencias, es un honor que me provoca un inmenso agradecimiento.

Ellos son una pareja nada normal, entiéndase fuera de lo común….sin estereotipos ni etiquetas al uso; lo primero que aprecias en ellos es bondad, algo muy extraño en nuestros días….algo que brilla por su rareza.

Son diferentes, les guste o no, y su diferencia radica en su propio ser; la vida no ha sido fácil y han tenido que atravesar pasillos incómodos y estancias desagradables…quizás ello ha forjado su ser, probablemente tan sólo ha incrementado su pasión por vivir.

Y esa pasión, un buen día, se cruzó con un perro lobo checoslovaco; anidó en ellos a fuerza de risas, disgustos, cabreos y momentos inolvidables.

Se convirtió en parte de ellos, en una parte muy importante en sus vidas; encajando en una forma de ver y entender la vida, en una manera de ser y compartir en la que esta raza obtiene matrícula de honor.

Viajar es la pasión de ambos, empaparse de tierras, paisajes y personajes; con la libertad de una furgoneta y la carretera cómo vía hacia lugares que aportan belleza, admiración, respeto y satisfacción.

Y allí, en ese pequeño y maravilloso mundo, se encuentra nuestro protagonista …..un macho de perro lobo checoslovaco.

Astuto como su propia raza, observador e incluso rencoroso en algunos momentos, pero entregado a nuestra pareja cómo sólo un perro lobo checoslovaco puede hacerlo…..ellos son su vida y él forma parte de la de ellos.

Cada viaje es un descubrimiento, y nuestro lobo observa cuando llega el momento de los preparativos…..observa y comprende que una nueva aventura comienza.

Es muy difícil explicar cómo perciben el cambio de rutina, cómo valoran el momento de confirmación…..un viaje es para ellos descubrir al igual que para nosotros…y lo valoran, ya lo creo que lo valoran.

Este viaje tuvo como destino la Bretaña francesa, playas maravillosas con mareas que modifican la costa hasta en 15 kilómetros en 24 horas.

Empaparse de olores es una de las habilidades del plc, levantar la cabeza y empaparse de olores y sonidos….es un espectáculo para admirar….y allí, en una playa de la bretaña francesa, su reacción fue saltar de inmediato, correr alocadamente y comenzar a “cazar” algas, esqueletos de sepias y llenarse de arena.

Esplendor de libertad, y un comportamiento que se nos queda grabado en la retina.

Pero somos humanos, y convivimos en una sociedad en la que lo diferente nos provoca cautela; y ellos pudieron comprobar cómo, las gentes de la Bretaña francesa, en algunos casos, observaban con cierto recelo a una furgoneta, con mochilas, con la jaula de transporte y sobre todo a nuestro protagonista.

Miradas ignorantes del bagaje que comportaba el conjunto, absolutamente comprensibles quizás, pero que hacen mella…..sin duda duele ser observado con recelo.

Ser diferente en ocasiones es duro, asumir que se es ….ahí reside la clave….. de la indiferencia que nos debe causar el juicio sumarísimo de quienes, desconocen qué…. y sobre todo por qué.

Quizás, en la imagen de ese animal tan semejante al lobo, el subconsciente social viese a una oveja en sus fauces sanguinolentas…..o tal vez tan sólo fuese simple curiosidad…nunca sabremos el por qué de esas miradas; pero sí sabemos que nos miran de forma muy diferente a los dueños de otros canes.

Pero son partes del viaje que en absoluto deben empañar la vivencia, nuestra pareja comprobó que el instinto de manada, de protección, se agudizó en nuestro protagonista; atento a cualquier aproximación, humana o cánida, reacciones sensibles y lógicas ante un nuevo escenario.

En este viaje apreciaron hasta el más mínimo fenómeno de la naturaleza, un regalo para los sentidos….un espectáculo compartido…un festival de libertad azotando sus cuerpos y sus sentidos en compañía de un rey en dichos menesteres.

Viajar no es lo importante, afirman ellos…..lo verdaderamente importante es compartir con quién amas cada momento, cada sensación y cada nueva aventura…..

Una furgoneta, dos personas y un plc no es algo extraordinario, o quizás lo sea; lo realmente asombroso….lo incalculable, es sentir en plena naturaleza que la vida vale, que nada queda fuera de esa magia diaria que implica levantar la vista y encontrar la complicidad de un ser humano y la de un plc.

Vivir plenamente, con amor y con la locura suficiente para ser….dejemos el parecer en manos de los mercaderes de ilusiones y rindamos honores a lo que realmente merece admiración.

P.S.

Gracias por vuestro escrito, y espero haber reflejado lo mejor posible vuestras sensaciones. La fotografía que encabeza el artículo se corresponde con las huellas del plc en la bretaña francesa.

La soledad de la raza.

“La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.”. Arthur Schopenhauer filósofo alemán enfrentado a las corrientes imperantes en su época y fallecido en 1860.

No resulta sencillo vivir, mucho menos convivir; y el ser humano es un claro ejemplo de colectivización e individualismo.

Muy pocos seres vivos están totalmente preparados para vivir en absoluta soledad, es preciso sumar fuerzas en la batalla por la supervivencia.

Pero toda alianza, toda unión, obliga a la renuncia de algo…por pequeño que sea.  Renunciar no significa diluir el ser, tan siquiera perder; implica en todo caso dar para recibir, o al menos esta sería la fórmula ideal.

Cualquier hito de supervivencia, vendrá precedido de una notable alianza y enorme suma de fuerzas; desde las tribus no contactadas del amazonas (que por suerte y aunque muy pocas aún existen) hasta una manada de lobos en Alaska.

Se precisa sumar efectivos, habilidades y una mínima cohesión que permita superar la lucha por la vida; en cualquier entorno sea humano o animal es la práctica habitual.

Sin embargo la soledad impera por doquier, en sociedades avanzadas sobre todo; el colectivismo brutal anula el ser a extremos incalculables, despoja la identidad y la transforma en engranaje autómata.

Se pierde, entonces, la capacidad de dar para recibir y se trastoca la balanza por completo.

Y esta sociedad, bautiza  con un adjetivo la aparición de soledades peligrosas, enfermizas y absolutamente repugnantes…….”lobos solitarios” es la frase en boga.

El símil es bastante llamativo, no me negarán que vende y mucho, pero es tan repugnante como dañino comparar a un lobo solitario con conductas asesinas.

Sobra cualquier retórica para explicar que, un lobo solitario nunca será un asesino al uso; un lobo solitario ha sido, es y será un mero superviviente…si acaso logra sobrevivir.

Pero nos encanta el circo…..nos regodea la rotundidad de la frase, y sobre todo alimentamos el atávico odio hacia el lobo…consciente o inconscientemente resulta un hecho.

En ocasiones hay soledades mucho más complejas, distintas y notablemente diferentes; individuales o colectivas que en esto hay para dar y vender, soledades que emulando a Schopenhauer delatan un espíritu excelente.

El perro lobo checoslovaco es diferente, es una raza distinta hasta la saciedad; con una dualidad que la encadena a un destino incierto……su desmedido gregarismo y necesaria compañía, con su natural tendencia a evitar un entorno socialmente inadecuado.

Esta dualidad es su estigma, su talón de Aquiles, y resulta muy complejo ya que ellos….la raza….son absolutamente dependientes de criadores y dueños.

Es obvio que nunca tendrán la capacidad de ejercer otro papel, que aquel que el ser humano le otorgue en cada momento; son por lo tanto una libertad encadenada a nuestra voluntad.

Y resulta demasiado complejo analizar y valorar; y estamos ante un imposible si se trata de aunar esfuerzos; soy consciente de ello, y no me rasgaré las vestiduras ni clamaré al cielo….es lo que hay y con ello debemos convivir.

Pero resulta llamativa la inmensa soledad de nuestra raza, debiera provocar un mínimo de reflexión; son complejos a la hora de interactuar con otros canes, son dominantes por naturaleza, brutos en su relación y absolutamente exagerados en su comportamiento.

Pueden llegar a ser muy protectores con su entorno, mostrando aparentes signos de agresividad – que ojo nunca pasan de ser advertencias en la mayoría de los casos – y que los estigmatizan como “agresivos”.

Son independientes, y todos aquellos que convivimos con ellos hemos apreciado, en alguna ocasión, un hecho muy curioso…. su comportamiento puede ser muy diferente cuando se encuentran entre ejemplares de su misma raza.

Expresan al máximo su ritual de signos y señales, explosionan en un despliegue físico tremendo (cuando se encuentran sueltos y en un medio natural) y todo parece indicar que se sienten más plenos que entre otros canes.

Lo anterior es subjetivo, me consta, pero es un hecho que he podido comprobar en muchas ocasiones; ahora sumemos su natural carácter, su especial comportamiento y llevemos la raza a nuestras calles y plazas.

Las reacciones humanas son diversas, pero comunes en todos los casos, llamativa admiración….bombardeo de preguntas y si se trata de dueños de otros canes…….una absoluta cautela (lógica por otra parte) ante reacciones normales pero llamativas y engañosas.

Y la leyenda urbana del “lobo” erizado se incrementa, atrae su belleza y mantiene a distancia su especial comportamiento.

No debemos olvidar que esta raza es, ha sido y será un cruce entre lobo de los Cárpatos y pastor alemán de trabajo; su comportamiento, su carácter y su interacción con el medio está condicionado por diversos factores.

Selección, cría, socialización, introducción social y educación permanente son muy importantes…pero……a pesar de todo lo anterior existe un factor  – en mi opinión muy alto – que se escapa a la voluntad humana, a nuestro deseo de moldear la raza y adaptarla a un entorno social.

¿Genética?……creo firmemente que sí, una parte de estos seres vivos, algo que no podemos reconducir, pugna por conductas que chocan con nuestro entorno social.

El paso de los años, sin duda, debiera minimizar una genética diluida; sin embargo, en estos momentos, la raza mantiene viva su diferencia, su especial ser.

Y no todos somos capaces de valorar, de entender y mucho menos de respetar lo anterior.

Ni todos somos capaces ni debemos serlo, esta raza no es compatible con cualquier persona ni con cualquier entorno.

Quizás, tan sólo quizás, la soledad que reclaman sea un grano de arena en la vorágine de la cría intensiva, de la venta a granel y de las salvajes irresponsabilidades a las que un día sí y otro también asistimos.

Puede ser que en pocos años asistamos a la debacle absoluta, bien por nuestra incapacidad, por nuestra ambición o simplemente por ser incapaces de entender.

La soledad del perro lobo checoslovaco no es una soledad peligrosa, nosotros seguimos siendo el verdadero peligro.

Leah el espíritu de una loba.

“La diferencia engendra odio”. Henry Beyle escritor francés del siglo XIX más conocido por su seudónimo Sthendal, considerado como uno de los grandes representantes del denominado realismo literario y fallecido en París en 1842.

La vida nos enseña a golpe de mazo, siempre y cuando nos molestemos en aprender; y nos perdemos lecciones magistrales, conscientes de que asistir a clase es una pérdida de tiempo.

El ser humano se forma en escuelas infantiles, primarias, secundarias de formación profesional y en universidades; todo ello conforma el sistema educativo público o privado según sea el caso. Y establecemos la obligatoriedad de las primeras fases educativas.

Sin embargo apostamos toda nuestra responsabilidad familiar a una educación reglada, dirigida y no siempre acertada. 

Estereotipos, modas, tendencias y el uso extendido de la costumbre, han generado una dinámica que nos arrastra; nos despreocupamos de lo realmente importante.

Educar en valores, compartir y aceptar que no todo es blanco o negro…. ni tan siquiera gris, es algo que cada día se olvida.

Es mucho más cómodo mantener la política del avestruz, y esconder la cabeza ante el evidente fracaso del sistema educativo.

Hay asignaturas pendientes que nos asolan cual plaga bíblica, muchas…demasiadas.

Pero existe una que no deja de llamarme la atención por recurrente, fuente de muchas estupideces humanas que tratadas a tiempo hoy no sufriríamos.

Valorar, entender, respetar y admirar la diferencia….ahí reside la clave para no convertirnos en una manada de babuinos cabreados permanentemente.

Las diferencias nos abruman, nos dan miedo y nos ponen alerta; lo diferente es una transgresión en una sociedad en la que todo debe estar etiquetado y dentro de un determinado orden.

Ella nació diferente, llena de vida y con una mirada limpia y profunda; todos se alarmaron desde sus primeros meses de vida, era diferente.

Diferente de manera radical, no encajaba en el mundo artificial que nos hemos dado como hogar; mil y una teorías empezaron a martillear las mentes de quienes convivían con ella.

Mientras los humanos se retorcían en su profunda ignorancia ella fue creciendo, viva y fuerte, plena de vida y de capacidades…apta y notable en su verdadero mundo….la naturaleza.

Impotente y absolutamente incapaz de convivir con normalidad con un entorno humano, forzada hasta la saciedad por cursos, procesos intensivos de socialización humana, consultas con los mejores especialistas en etología….ella siguió siendo, sin querer ni poder adaptarse a un mundo que nunca fue suyo.

Libre y plena en la naturaleza, llena de capacidades, observadora, astuta y noble con su entorno, divertida y alocada siguió sufriendo la diferencia.

Nunca encajó en esta sociedad, por supuesto menos aún en el estándar del perro lobo checoslovaco; su carácter se define como imperfecto y se desecha por completo.

Creo sinceramente que lo anterior le importó siempre un bledo, lo verdaderamente importante para ella siempre ha sido estar al lado de los suyos, disfrutar cada minuto y sobre todo poder ejercer su verdadera pasión…ser libre y diferente.

Y ha sido repudiada, incluso hasta ridiculizada; nadie se molestó en valorar, entender, respetar y por último admirar su diferencia………. costó mucho esta lección, mucho.

Y puedo hablar con absoluto conocimiento de causa,  fui uno de los que tardó en aprender una gran lección.

La lección no es otra que el respeto ante lo evidente, lo absolutamente verdadero, la esencia de un ser que al margen de sabios de cátedra y de salón ha demostrado que a sus 3 años no sólo reivindica su diferencia …..la luce con el orgullo natural de quién es y no necesita aparentar.

Una lección compleja, difícil sin duda, y que día a día remacha su razón de ser.

Leah es diferente, ella soporta lo justo la presencia de seres humanos ajenos a su entorno; y lo demuestra con una cautela que es un libro abierto….para quién desee leer.

Lejos de mi intención valorar la genética o la influencia de sus ancestros, de los comunes procesos de la llamada “socialización” podría escribir mil y una líneas ….concluyendo que, nada ha servido para modificar su ser.

Ella es, ha sido,  y será; recibió el mismo trato, vivió en el mismo entorno de camada que sus hermanos.

Y sin embargo es diferente, nos demuestra día a día un inmenso poder, una inmensa capacidad para darnos su esencia en cada minuto del día.

El ser humano propone y la naturaleza dispone…..no todos los perros lobos checoslovacos son iguales, el experimento que desembocó en esta raza nos da una de cal y muchas de arena.

Nos empeñamos en modificar, moldear y ajustar su ser a un entorno que nunca les proporciona satisfacción; nos empecinamos en destruir la diferencia.

Y en ocasiones llegamos a entender que, el ser se compone de la rebeldía suficiente para no doblegar su esencia ante nuestra voluntad.

Somos libres para opinar, soberanos para juzgar y maestros en polemizar; somos sesudos especialistas en la raza, somos tan ignorantes que llevamos la peor de las vendas en los ojos…la de la igualdad.

No todo ha de ser igual, y la diferencia no es un estigma ni algo negativo; la diferencia, en ocasiones, es un grito ahogado…..un hecho rotundo y enriquecedor.

Probablemente nunca seamos capaces de valorar, entender, respetar ni admirar muchas diferencias……pero al menos podemos ser observadores; con la mente y la mirada limpia y sentados en pleno bosque observen a un lobo….quienes tengan la fortuna de hacerlo.

Yo nunca he podido hacerlo……. pero sentado en pleno bosque he observado a Leah, y les juro que he sentido el espíritu de una loba, de una maravillosa loba ante la que rindo mi ser cada día…

Gracias por ser tú misma.